Guasave, Sin.- La historia de Juanito refleja la realidad de miles de jóvenes jornaleros, que desde temprana edad viajan por México para trabajar el campo, en su caso y el de sus hermanos llegaron este periodo de siembra a Juan José Ríos, comunidad ubicada en el municipio de Guasave.
La edad de este joven son 18 años y viaja con 2 hermanos, uno de ellos de 13 años y otro mayor que él. A pesar de contar con trabajo, la realidad es que las condiciones en las que habitan son infrahumanas, es parte de un grupo de jornaleros que habitan en las cuarterías al norte del municipio, donde recientemente, han fallecido menores de edad por deshidratación y desnutrición severa, y en ambos casos por problemas respiratorios agudos.
Duermen tendidos en el piso de cemento, cubiertos con colchas que a todas luces tienen tiempo sin lavarse, un cuarto de 2 por 2 y con una cocina improvisada, así como una alacena de jabas y un pequeño lavamanos de donde por cierto ni una gota de agua sale.
El joven, ni siquiera habla claro, es decir, lo hace a cuentagotas, sin embargo, entre tantas preguntas que hacíamos nos logró decir que sus papás ya mayores, se quedaron a esperar su regreso en la sierra de Chihuahua, por lo que cuando termine la temporada irán a verlos, que por cierto, no falta mucho porque el trabajo esta por terminarse, en aproximadamente 3 semanas más.
“Tengo como 6 meses aquí, ¿No les ha tocado que nadie aquí se enferme? Hace días sí, pero ya no el domingo tuve gripa”.
Juan jamás ha tenido la oportunidad de ir a la escuela, creció en la pobreza extrema junto con sus otros dos hermanos, en la sierra de Chihuahua, viajando como lo hace actualmente, viviendo para trabajar y mal comer, así como mal vivir entre basura, frío, suciedad y carencias.
Su patrón les paga 8 pesos por arpía de papa, sin embargo, poco o nada puede defenderse sin saber leer ni escribir, ni siquiera saber contar para revisar que en realidad le paguen lo indicado
“8 por arpía, no alcanza”.
Juan como muchos otros jornaleros vive en condiciones muy precarias y a la deriva, apenas pudiendo comunicarse con las demás personas, esperanzados de que pronto acabe esto y puedan regresar a sus hogares en San Rafael, Chihuahua.