El primer jueves de noviembre de cada año se celebra el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, incluido el ciberacoso. Se trata de una fecha que busca crear conciencia en todo el mundo sobre las consecuencias de esta problemática, a modo de realizar los esfuerzos necesarios para ponerle fin.
El acoso escolar, comúnmente conocido como bullying, se define como un continuado y deliberado maltrato verbal y modal que recibe un niño por parte de otro u otros que se comportan con él cruelmente con el objeto de someterlo, apocarlo, asustarlo, amenazarlo y que atentan contra la dignidad del niño (Piñuel y Oñate 2007, p. 117).
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el acoso escolar afecta a la tercera parte de los menores de edad en el ámbito mundial, revelando que los niños son más propensos a ser víctimas de este flagelo por encima de las niñas. Las alarmantes cifras demuestran la necesidad de enfatizar el compromiso en conjunto de toda la sociedad para combatirlo.
Si bien es cierto que los comportamientos no son los mismos en todos los casos, hay algunas señales generales que advierten que un niño o adolescente es víctima de cyberbullying:
-Nerviosismo y cambio de humor después de desconectarse de internet.
-Usa poco las redes sociales que antes decía eran sus favoritas o incluso las elimina.
-Disminución del rendimiento académico.
-Aislamiento.
-Problemas para dormir y pesadillas frecuentes.
-Poco interés por participar en actividades sociales, sobre todo si involucra compañeros de la escuela.
-Comportamientos autodestructivos, como hablar de suicidio o autoprovocarse heridas.
En el caso de un niño o joven que práctica el acoso cibernético, estos son algunos de los signos que alertan, según la psicóloga Natalia Cárdenas, quien es experta en el tema:
-Reserva con el uso de la computadora o el teléfono celular.
-Usa los medios electrónicos solo en momentos y lugares en los que no tiene supervisión.
-Se percibe irritable cuando alguien se quiere acercar a su computador o teléfono celular.
-Deja de usar su computadora o teléfono repentinamente y sin explicación aparente.
-Lo ves nervioso o alterado cuando recibe un nuevo mensaje de texto.
-Evita conversar acerca de qué hace en el computador o acerca de con quienes habla por su teléfono celular.
Una vez identificados los síntomas, Cárdenas explica que se debe ejecutar un plan de acción que garantice el bienestar emocional de los afectados. Es tarea de los profesores y padres promover la realización de talleres de sensibilización sobre el maltrato infantil, campañas que inciten al respeto a la diversidad, y un compromiso estricto de la comunidad educativa reforzar la vigilancia para que una vez identificados los factores de riesgo, se implemente el esquema de acción.
La psicóloga comparte estas tres recomendaciones generales:
-Puede que un niño o joven esté siendo victimizado o presencie los hechos y guarde silencio. La recomendación es fortalecer su autoestima, el amor propio y la aceptación.
-La salud física y mental de los niños es responsabilidad de las familias, profesores y otros actores del sistema educativo. Para apoyarlos en la lucha contra el bullying, se debe promover un lenguaje positivo e inclusivo.
-Para evitar futuros escenarios de violencia, enfermedades físicas y psicológicas e incluso tragedias, es necesario prestar atención y reconocer los síntomas del bullying a tiempo.
