Guamúchil, Sin.- Karla Obeso, propietaria del negocio de Mosaicos y monumentos de Guamúchil, externó que, a más de 50 años de que la familia esté presente en el negocio de la construcción de lápidas, cruces, la muerte se ha vuelto algo muy natural para toda la familia, ya que crecieron en un ambiente en el cual por lo regular los clientes acaban de perder a sus familiares más cercanos, por lo que tratan de mostrar empatía y consolarlos en ese momento.
Comentó que, los últimos tres años aumentaron considerablemente los trabajos y solicitudes de cruces y lápidas, debido a la pandemia del COVID-19, que lamentablemente causo la muerte de cientos de personas en la región del Évora, además de que se vieron obligados a cerrar por dos meses como parte de las medidas de restricciones que se tomaron, por lo que el trabajo se acumuló, ya que la tradición dice que ninguna persona debe de ser sepultado sin su cruz.
Mencionó que, el embellecimiento de la última morada de las personas, no es algo fácil, ya que, es un trabajo que es realizado a mano y que lleva su tiempo para su elaboración, en el caso de las lápidas completas el tiempo estimado es de 15 días, donde se trabaja durante la primer semana en la elaboración y la segunda en el pulimiento y detallado, sin embargo, algunos trabajos especiales pueden demorar varias semanas.
Indicó que, en la temporada de calor es mucho más fácil llevar a cabo todos estos trabajos por el secado de los materiales, además de que las lluvias también influyen para poder avanzar en los trabajos.
Agregó que, los productos se venden desde 500 pesos las cruces pequeñas hasta los 1 mil 600 pesos en las cruces normales y de 4000 hasta 42 mil pesos en las lapidas grandes completas, debido a que son trabajos 100 por ciento artesanales.
