Guasave, Sin.- Las bodas civiles de personas del mismo sexo, ya son legales en Guasave, y dos jóvenes de menos de 30 años de edad fueron los primeros en unir sus vidas ante la ley en ésta región.
Después de 4 años de noviazgo Carlos García y Mizael Urías, tomaron la decisión de casarse y jurarse amor eterno, después de haber sorteado varios obstáculos y de haber tomado la determinación en su momento de contraer matrimonio en otro estado donde sí fuera legal, éste 3 de septiembre unieron sus vidas ante la ley. Carlos, lamentó que la pandemia les truncó los sueños de hacer una gran fiesta, toda vez que la tenían programada para marzo y tuvieron que aplazarla, contó que los jueces en la región les pusieron todas las facilidades para llevar a cabo la unión pues querían ser parte del primer matrimonio igualitario.
“La idea era irnos a casar a Guadalajara, pero ya que se legalizó mejor aquí, no había necesidad de irnos a otro lado(…), la juez fue muy accesible, no tuvimos problema por eso, nos hablaban para decirnos que estaban disponibles para casarnos”.
Aunque ahora todo ya es alegría y amor, en un inicio se tuvieron que enfrentar a personas que no estaban de acuerdo con sus preferencias sexuales, así como que momento difícil de compartirles a sus familiares sus preferencias y hacer pública su relación, Carlos confesó que si tuvo temor de que sus padres no quisieran ser partícipes de uno de los días mas importantes de su vida, pero finalmente decidieron formar parte.
“Fue difícil para ellos y yo lo entiendo totalmente, yo les decía a mis amigos que si mis papás no están en el momento que yo quería que estuvieran, no podía forzarlos y que los iba a entender, pero al final de cuentas triunfo el amor”.
Aprovechó para enviarle un mensaje a todos aquellos hombres y mujeres que por temor no se atreven a hacer públicas sus preferencias sexuales y dejar fluir sus sentimientos, los invitó a que se acepten porque “el día que ustedes se acepten las personas ya no van a hablar de ustedes, más allá de si eres una persona con preferencias sexuales diferentes, no ha porque clasificarlos tampoco, estamos en el SIGLO XXI”.
