Culiacán, Sin.- Big Boy después de 30 años de espectáculos circenses encontró su verdadera felicidad en terrenos sinaloenses.
El pasado 4 de abril el elefante que logró conmocionar a todo México y otros países del mundo por su belleza e historia de vida llegó a tierras culiacanenses tras ser comprado por Mr. Tempo a una reconocida familia de circense.
Big Boy como se le conoció en los grandes espectáculos se encontraba debajo de una carpa, en un pequeño terreno y sujetado con cadenas, según denunció el activista e impulsor de la creación de un nuevo hogar para este longevo elefante.
Gracias al apoyo del Zoológico de Culiacán, quien recibió al animal hace dos meses, luego de su trasladado desde la ciudad de Guadalajara, éste logro recuperar su estado de salud , ganar peso y hoy luce radiante.
La Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México, liderada por Ernesto Zazueta también fue de vital importancia para lograr concretar los terrenos con una dimensión de 25 hectáreas, los cuales formarán parte del nuevo hogar de Big Boy.
El espacio denominado Ostok Animal Protection y Sanctuary, a partir de este lunes es el nuevo hogar de Big Boy, luego de que la tarde de ayer fue trasladado en la caja de un tráiler a este sitio ubicado a unos 20 kilómetros de la capital sinaloense en la comunidad de La Campana.
En un inicio Big Boy se veía tenso, se rehusada a bajar de la caja del tráiler, pero poco a poco adquirió confianza. Para mayor seguridad se ató una cuerda a una de sus patas y fue guiado con una maquinaria hacia el terreno con una dimensión de casi dos hectáreas, el cual será su nuevo hogar.
En recompensa por su buen comportamiento fue premiado con zanahorias y mangos, los cuales devoró en minutos. Después fue bañado con una manguera y se sumergió en un pequeño charco de lodo.
La alimentación y cuidados de Big Boy a base de frutos tiene un costo aproximado por mes de 150 mil pesos.
Su peso actual es de 4 toneladas 200 gramos y los gastos por adquisición, cuidados, adecuaciones de este terreno que se convirtió en un santuario ascienden a más de 6 millones de pesos.
El activista Arturo Islas dejó en claro que este espacio no estará disponible al público en general ni se cobrará por el acceso.
Con el propósito de generar conciencia en el cuidado de los animales y motivar al resto de las personas a sumar a la causa se permitirá la visita de niños de bajos recursos así como de diversas fundaciones que realizan labores altruistas.
En un futuro se busca incorporar más especies a este lugar, donde Big Boy será el embajador.