Ciudad de México.-El Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que está acostumbrado, nunca ha sido fácil enfrentar al poder mediático, y reconoció que una vez fuera del poder arreciarán las críticas contra él y su administración.
Recordó la campaña “Peligro Para México” que caló profundo, había gente que ni me conocía y me miraba con malos ojos, fue una guerra profunda. También hizo una remembranza de la toma de Paseo de la Reforma y el Zócalo, que le originó reclamos desde Sonora a Yucatán.
Fue tanto el descrédito que llegaron a sembrar la idea de que ellos también habían resultado afectados, cuando lo que más afectó fue el fraude electoral, y las consecuencias fueron la violencia que se desató y todo el atraso.
“Fue muy duro superar eso”, admitió.
Dijo que iba al aeropuerto a tomar un avión y tenía que sentarse en unas bancas atra´s y ponerse a leer porque sentía las miradas de cuestionamiento. Fue difícil, las cosas han cambiado y me siento muy satisfecho porque desde abajo se logró el inicio de esta transformación.
Es muy bueno el relevo, muy bueno, Claudia Sheinbaum, “hay mucho pueblo y mucho gobierno”.
López Obrador dijo que entrega la banda y se va, y decirle a la gente, si me quieren, ya, voy a iniciar una etapa nueva en mi vida. Lo primero es arrodillarme y agradecer al tiempo y al Creador.
Empezar una rutina, ya concebida, de caminar. “No tengo rancho, porque un rancho son muchas hectáreas, tengo una quinta, una hectárea y media, 15 mil metros cuadrados que heredé de mis padres, el perímetro son 450 metros, y tengo un sendero a la orilla, un puentecito de madera que hice, y camino 5 kilómetros”, aclaró López Obrador.