Ciudad de México.- El jueves de la semana pasada, el empresario francomexicano Baptiste Jacques Daniel Lormand estuvo por última vez en su restaurante de Polanco, horas después fue asesinado, sin embargo, sus empleados siguen operando el negocio y aseguran que no van a cerrarlo en honor a su fundador.
Las cortinas de la Surtidora Don Bátiz, el restaurante de Baptiste Lormand no se han bajado. Treinta empleados que se asumen como la segunda familia del restaurantero se empeñan en mantener abierto.
Las mesas que estaban a la entrada del local ubicado en Polanquito fueron retiradas y en su lugar llegaron flores blancas, veladoras y mensajes en papel.
¿Cómo pudieron matar a alguien como él? Yo pienso que como no era malo pues no cargaba con seguridad ni nada. La verdad sí se sintió la tristeza y el coraje de la forma en que murió, porque no era una mala persona”, dijo a Imagen Noticias, con Ciro Gómez Leyva, Leticia Hernández, cajera y empleada de Lormand desde hace 11 años.
Desde un inició, la autoridad descartó que el asesinato haya sido a consecuencia del cobro de piso y señalaron que la principal línea de investigación es el robo de bebidas alcohólicas de lujo, pero las fuentes consultadas señalan que no se puede descartar una posible venganza.
Este diario publicó que dentro de la indagatoria iniciada por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México se investiga la violencia utilizada en el asesinato del empresario francomexicano y su socio, ya que los cuerpos fueron encontrados maniatados y con severos golpes que desfiguraron sus rostros.
Además, en el lugar donde fueron dejados los cuerpos, los peritos e investigadores encontraron lo que consideran algunos “simbolismos”, como varas enterradas alrededor de los cadáveres.
Llama la atención que además del exceso de violencia hayan dejado algunas varas enterradas casi junto a los cuerpos; podría interpretarse como un mensaje: ‘con la vara que mides serás medido’. Parece extraño, pero llama la atención”, comentó una fuente allegada a las investigaciones.
