Culiacán, Sin.- Vestidos de blanco, con globos y palomas, compañeros de clases, docentes, amigos y familiares le dieron el último adiós a Alexa y Leydi, de 7 y 11 años de edad, respectivamente, en la Rafael Ramírez, escuela primaria donde cursaban el primero y sexto grado.
Sus restos reposaron sobre la carroza fúnebre, la cual fue rodeada por sus compañeros de clases y maestros, quienes se acercaron a despedirse y a pedir justifica por este crimen que ocurrió en días recientes en la sierra de Badiraguato.
En símbolo de amor y sobre todo de justicia por estos angélicos que hoy se encuentran en el cielo, fueron lanzados globos y palomas.
Padres de familia, docentes, alumnos y todo el pueblo de Sinaloa se suma al llamado de justicia de “con los niños no”, al condenar que ya sean 39 niños asesinados en lo que va de la guerra en Sinaloa.
Posteriormente los cuerpos de las niñas fueron llevados a un panteón de la ciudad, donde reposarán hasta la eternidad.
En paz descanse Alexa y Leydi.
