Los Ángeles, Cal.- La resistencia contra las políticas de arresto y deportación de migrantes creció ayer en Los Ángeles y en otras dos ciudades de California, que vivieron una segunda jornada de redadas y protestas.
El presidente Donald Trump envió 2 mil elementos de la Guardia Nacional a la urbe angelina para contener lo que su principal asesor, Stephen Miller, calificó de insurrección.
Un día después de la redada más grande en el país en los últimos 25 años, que dejó cerca de 50 detenidos, en su mayoría mexicanos, según informó el cónsul general de México en Los Ángeles, Carlos González Gutiérrez, en los condados de Paramount e Inglewood (a 32 y 20 km al sur de Los Ángeles), manifestantes se enfrentaron a agentes federales cerca de un Home Depot, en una zona residencial con parte de los más de 5.9 millones de latinos del estado, según el Pew Research Center.
En redes sociales circularon imágenes de policías con máscaras antigás alineados en una carretera sembrada de carritos de supermercado volcados a modo de retén; mientras estallaban gases lacrimógenos, manifestantes anti-ICE bloqueaban y lanzaban ladrillos contra un autobús de agentes federales, algunos portando banderas mexicanas.
Según The New York Times, los agentes federales, armados con toletes y granadas de aturdimiento, bloquearon las salidas para impedir el acceso a la zona. Dan Bongino, subdirector del FBI, advirtió: “Sugiero que te entregues, es solo cuestión de tiempo. Tú traes el caos, y nosotros las esposas; la ley y el orden prevalecerán”.
En Truth Social, Trump escribió: “Aplastaremos a los ALBOROTADORES Y SAQUEADORES de la manera en que se debe resolver”. También advirtió que, si el gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, no actúan, el gobierno federal lo hará.
Insurrección contra la ley, según autoridad
Stephen Miller calificó las protestas de insurrección contra las leyes y la soberanía nacional, mientras que el director del FBI, Kash Pattel, amenazó con enviar a prisión a los manifestantes que agredan a la policía, asegurando que el FBI respaldará a los habitantes si la policía local no lo hace.
El secretario de Defensa, Pete Hegshet, informó que los marines están en alerta máxima y listos para desplegarse en caso de ser necesario.
Por su parte, Todd Lyons, director del ICE, describió la situación como “espantosa”, señalando que más de mil alborotadores atacaron un edificio federal.
Más temprano, el zar fronterizo de Trump, Tom Homan, anunció el envío de la Guardia Nacional para enfrentar las protestas contra el ICE, iniciadas tras las recientes redadas migratorias en la ciudad.
El gobernador Gavin Newsom calificó esta medida como “deliberadamente incendiaria”, advirtiendo que solo intensificará las tensiones. Las autoridades de Los Ángeles pueden solicitar asistencia policial en cualquier momento.
Diversos usuarios en redes sociales afirmaron haberse organizado en Reddit para impedir las redadas. El ayuntamiento de Los Ángeles votó unánimemente para declarar a la ciudad como “santuario”, prohibiendo el uso de fondos municipales para colaborar con el ICE.
Parte de esta organización incluyó a estudiantes que abandonaron sus clases para protestar frente al ayuntamiento.
El asambleísta estatal, José Luis Solache Jr., denunció haber sido afectado por proyectiles de gas. Además, un grupo de once concejales de Los Ángeles condenó los ataques indiscriminados contra niños y familias, comprometiéndose a proteger a los extranjeros en el estado.
Con información de El Imparcial
