Beerseba.- Contratistas estadunidenses que custodian sitios de distribución de ayuda en Gaza están utilizando balas reales y granadas aturdidoras mientras palestinos hambrientos se agolpan en busca de comida, según relatos y videos obtenidos por The Associated Press (Ap).
Dos contratistas de Estados Unidos, que hablaron con la Ap a condición de guardar el anonimato porque estaban revelando operaciones internas de sus empleadores, dijeron que decidieron hablar porque les preocupa lo que consideran prácticas peligrosas e irresponsables. Indicaron que el personal de seguridad contratado a menudo no estaba calificado, sus antecedentes no habían sido verificados, estaba fuertemente armado y parecía tener licencia abierta para hacer lo que deseara.
Comentaron que sus colegas lanzaban regularmente granadas aturdidoras y gas lacrimógeno en dirección a donde estaban los palestinos. Un contratista indicó que se disparaban balas en todas direcciones: al aire, al suelo y, en ocasiones, hacia los palestinos, recordando al menos una ocasión en la que pensó que alguien había sido alcanzado.
«Hay personas inocentes que están siendo heridas. Gravemente. Innecesariamente», expresó el contratista.
Indicó que personal estadunidense en los sitios monitorea a quienes vienen a buscar comida y registra a cualquiera que considere «sospechoso». Dijo que comparten dicha información con el ejército israelí.
Videos proporcionados por uno de los contratistas y tomados en los sitios muestran a cientos de palestinos apiñados entre puertas de metal, forcejeando para obtener ayuda en medio del sonido de balas, granadas aturdidoras y el escozor del gas lacrimógeno. Otros videos incluyen conversaciones entre hombres de habla inglesa en las que dialogan sobre cómo dispersar multitudes y se alientan mutuamente tras ráfagas de disparos.
Los testimonios de los contratistas —en combinación con los videos, informes internos y mensajes de texto obtenidos por la Ap— ofrecen una rara visión interna de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por su sigla en inglés), organización secreta estadunidense de reciente creación y respaldada por Israel para alimentar a la población de la franja de Gaza. El mes pasado, Washington prometió dar 30 millones de dólares para que el grupo continúe sus operaciones, siendo esta la primera donación conocida de Estados Unidos al grupo, cuyas otras fuentes de financiamiento siguen siendo opacas.
Los periodistas no han podido acceder a los sitios de la GHF, ubicados en zonas controladas por el ejército israelí. La Ap no puede verificar de manera independiente las historias de los contratistas.
Un portavoz de Safe Reach Solutions, la empresa de logística subcontratada por GHF, dijo a la Ap que hasta la fecha no ha habido lesiones graves en ninguno de los sitios que maneja. En incidentes aislados, profesionales de seguridad dispararon balas reales al suelo y lejos de los civiles para llamar su atención. Eso ocurrió en los primeros días, en «el punto álgido de la desesperación, donde era necesario aplicar medidas de control de multitudes para la seguridad de los civiles», añadió el vocero.
Más de dos millones de palestinos en Gaza están viviendo una crisis humanitaria catastrófica. Desde que Hamas atacó a Israel el 7 de octubre de 2023, desencadenando la guerra de 21 meses, Israel ha bombardeado y sitiado la franja, dejando a muchos al borde de la hambruna, según expertos en seguridad alimentaria.
Bloqueo israelí
Durante dos meses y medio antes de la inauguración de GHF en mayo, Israel bloqueó toda entrada de alimentos, agua y medicinas a Gaza, alegando que Hamás estaba robando la ayuda transportada bajo un sistema preexistente coordinado por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Ahora quiere que GHF remplace ese sistema. La ONU dice que sus operaciones de ayuda en Gaza no involucran guardias armados.
Más de 57 mil palestinos en Gaza han sido asesinados desde que se desató la guerra, según el Ministerio de Salud del territorio, en cuyas cifras no distingue entre civiles y combatientes.
GHF es una organización estadounidense, registrada en Delaware y establecida en febrero para distribuir ayuda humanitaria durante la crisis humanitaria en curso en Gaza. Desde que los sitios de FHG comenzaron a operar hace más de un mes, palestinos dicen que efectivos israelíes abren fuego casi todos los días hacia las multitudes en las carreteras que conducen a los puntos de distribución, a través de zonas militares israelíes. Varios cientos de personas han sido asesinadas y cientos más heridas, según el Ministerio de Salud de Gaza y testigos.
En respuesta, el ejército de Israel dice que sólo dispara tiros de advertencia y está investigando reportes de daños a civiles. Niega disparar deliberadamente a civiles inocentes, y dice que está examinando cómo reducir la «fricción con la población» en las áreas circundantes a los centros de distribución.
La labor periodística de la Ap para este despacho se centra en lo que está sucediendo en los propios sitios. Los palestinos que llegan a ellos dicen que están atrapados entre el fuego israelí y estadunidense, indicó el contratista, que compartió videos con la agencia noticiosa.
«Hemos venido aquí para conseguir comida para nuestras familias. No tenemos nada», relató que le decían los palestinos. «¿Por qué el ejército (israelí) nos dispara? ¿Por qué ustedes nos disparan?».
Un portavoz de GHF indicó que hay personas que tienen un «interés adquirido» en ver que fracase y están dispuestas a hacer o decir casi cualquier cosa para que eso suceda. El portavoz indicó que el equipo está compuesto por profesionales humanitarios, logísticos y de seguridad experimentados con amplia experiencia en el terreno. El grupo dice que ha distribuido el equivalente a más de 50 millones de comidas en Gaza en sus cajas de alimentos básicos.
GHF dice que ha mostrado constantemente un compromiso compasivo con el pueblo de Gaza.
A lo largo de la guerra, la distribución de ayuda ha estado marcada por el caos. Pandillas han saqueado camiones de ayuda que se dirigían a los centros de distribución, y multitudes de personas desesperadas también han descargado camiones antes de que llegaran a su destino. Este mes, al menos 51 palestinos fueron asesinados y más de 200 heridos mientras aguardaban a que camiones de la ONU y comerciales ingresaran al territorio, según el Ministerio de Salud de Gaza y un hospital local. El ejército de Israel reconoció que hubo varias víctimas cuando soldados abrieron fuego contra la multitud que se acercaba, y señaló que las autoridades investigarían.
Balas, granadas aturdidoras…
La Ap habló con los dos contratistas de UG Solutions, una empresa estadunidense subcontratada con el fin de que contrate a personal de seguridad para los sitios de distribución. Dijeron que se usaron balas, granadas aturdidoras y gas lacrimógeno en casi todas las distribuciones efectuadas, incluso si no había amenaza.
Videos vistos por la Ap de la distribución de ayuda en los sitios parecen respaldar las escenas frenéticas que describieron los contratistas. Las imágenes fueron tomadas dentro de las primeras dos semanas de sus distribuciones, aproximadamente a mitad de las operaciones.
En un video, personas que parecen ser contratistas de seguridad estadunidenses fuertemente armados en uno de los sitios en Gaza hablan sobre cómo dispersar a palestinos que se encuentran cerca de allí. Se escucha a uno decir que ha organizado una «demostración de fuerza» por parte de tanques israelíes.
«No quiero que esto sea demasiado agresivo», añade, «porque esto se está calmando».
En ese momento dado estallan ráfagas de disparos cerca, al menos 15 tiros. «¡Whoo! ¡Whoo!», grita un contratista.
«Creo que le diste a uno», dice uno.
Luego se escucha un grito: «¡Diablos, sí, chico!».
La vista de la cámara está obstruida por un gran montículo de tierra.
El contratista que tomó el video dijo a la Ap que vio a otros contratistas disparar en dirección a los palestinos que acababan de recoger su comida y se estaban yendo. Los hombres dispararon desde una torre que se eleva sobre el sitio y desde la cima del montículo, explicó. Los disparos comenzaron porque los contratistas querían dispersar a la multitud, señaló, pero no estaba claro por qué continuaron disparando mientras la gente se alejaba.
La cámara no muestra quién estaba disparando ni a qué se le estaba disparando. Pero el contratista que lo grabó indicó que vio a otro contratista disparar a los palestinos y luego vio a un hombre caer al suelo a unos 60 metros de distancia, en la misma dirección donde se dispararon las balas.
Esto sucedió al mismo tiempo que se escuchaba a los hombres hablar, efectivamente incitándose mutuamente, observó.
En otros videos proporcionados por el contratista, se puede ver a hombres con uniformes grises —colegas, dijo— tratando que palestinos que están apretujados en un estrecho pasaje cercado que conduce a uno de los centros se alejen un poco. Los hombres arrojan gas lacrimógeno y lanzan granadas aturdidoras que detonan en medio de la multitud. Se puede escuchar el sonido de disparos. El contratista que tomó el video señaló que el personal de seguridad suele disparar al suelo cerca de las multitudes o desde torres cercanas sobre sus cabezas.
Durante una sola distribución en junio, los contratistas usaron 37 granadas aturdidoras, 27 proyectiles tipo «scat shell» de goma y humo, y 60 latas de gas lacrimógeno, según comunicaciones internas compartidas con la Ap.
Ese conteo no incluye balas reales, observó el contratista que proporcionó los videos.
Una foto compartida por ese contratista muestra a una mujer acostada en una carreta tirada por un burro después de que dijo que fue golpeada en la cabeza con parte de una granada aturdidora.
Un informe interno de Safe Reach Solutions, la empresa de logística subcontratada por FHG para operar los sitios, encontró que personas que buscaban ayuda resultaron heridas durante 31 por ciento de las distribuciones que tuvieron lugar en un período de dos semanas en junio. El informe no especificó el número de lesiones ni la causa. SRS le dijo a la Ap que el informe se refiere a lesiones no graves.
Más videos muestran escenas frenéticas de palestinos que corren para recoger cajas de alimentos sobrantes en un sitio. Cientos de jóvenes se agolpan cerca de barreras metálicas bajas, transfiriendo alimentos de cajas a bolsas mientras los contratistas al otro lado de las barreras les dicen que se hagan hacia atrás.
Algunos palestinos se estremecen y tosen por el gas lacrimógeno. «¿Estás probando ese gas lacrimógeno? Qué asco», se escucha decir en inglés a un hombre cerca de la cámara.
Poblaciones hambrientas
SRS reconoció que está lidiando con grandes poblaciones hambrientas, pero dijo que el ambiente es seguro, controlado y asegura que las personas puedan obtener la ayuda que necesitan de manera segura.
Para confirmar que las imágenes son de los sitios, la Ap geolocalizó los videos utilizando imágenes aéreas. La agencia noticiosa también hizo que los videos fueran analizados por dos expertos forenses de audio, los cuales dijeron que podían identificar balas reales —incluido fuego de ametralladora— proveniente de los sitios, en la mayoría de los casos a entre 50 y 60 metros (54 y 65 yardas) del micrófono de la cámara.
En el video donde se escucha a los hombres incitándose mutuamente, el eco y la acústica de los disparos indican que se disparan desde una posición cercana al micrófono, apuntó Rob Maher, profesor de ingeniería eléctrica e informática en la Universidad Estatal de Montana, y autor y experto en investigación de análisis forense de audio. Maher y el otro analista, Steven Beck, propietario de Beck Audio Forensics, dijeron que no había indicios de que el audio de los videos hubiera sido manipulado.
Los analistas mencionaron que las ráfagas de disparos y las secuencias de estallidos en algunos de los videos indicaban que las armas estaban girando en diferentes direcciones y no se apuntaban repetidamente a un solo objetivo. No pudieron determinar exactamente de dónde provenían los disparos ni quién estaba disparando.
GHF dice que el ejército israelí no está desplegado en los sitios de distribución de ayuda. El teniente coronel Nadav Shoshani, portavoz del ejército, señaló que éste no está emplazado en los sitios ni en sus inmediaciones, especialmente durante las horas de operación. Dijo que están dirigidos por una empresa estadounidense y tienen su propia seguridad.
Uno de los contratistas que había estado en los sitios apuntó que nunca sintió una amenaza real ni percibida por parte de Hamas allí.
SRS dice que Hamas ha amenazado abiertamente a sus trabajadores de ayuda humanitaria y a los civiles que reciben ayuda. No especificó dónde fueron amenazadas las personas.
Según el contratista que tomó los videos, el ejército israelí está aprovechando el sistema de distribución para acceder a información.
Sala de control
Ambos contratistas indicaron que las cámaras monitorean las distribuciones en cada sitio, y que analistas estadunidenses y soldados israelíes se sientan en una sala de control en la que se proyectan las imágenes en tiempo real. La sala de control, dijeron, está ubicada en un contenedor de carga en el lado israelí del cruce de Kerem Shalom hacia Gaza.
El contratista que tomó los videos señaló que algunas cámaras están equipadas con software de reconocimiento facial. En tomas en vivo de los sitios vistas por la Ap, algunas transmisiones de video tienen la etiqueta de “analíticas”. Ésas eran las que tenían el software de reconocimiento facial, manifestó el contratista.
Si se ve a una persona de interés en la cámara —y su información ya está en el sistema— su nombre y edad aparecen en la pantalla de la computadora, agregó el contratista. Los soldados israelíes que observan las pantallas toman notas y cotejan la información de los analistas con sus propias imágenes de drones de los sitios, señaló.
El contratista dijo que no conocía la fuente de los datos en el sistema de reconocimiento facial. La AP no pudo verificar de manera independiente su información.
Un informe interno de SRS de junio visto por la AP decía que su equipo de inteligencia haría circular entre el personal una «Tarjeta de rostros de personas de interés», que mostraba fotos de palestinos tomadas en los sitios que se consideraban personas de interés.
El contratista indicó que SRS les pidió a él y a otros miembros del personal fotografiar a cualquiera que pareciera «desentonar». Pero no se especificaron los criterios a aplicar, agregó. El contratista dijo que las fotos también se agregaron a la base de datos de reconocimiento facial. No sabía qué se hacía con la información.
SRS señaló que las acusaciones de que recopila inteligencia son falsas y que nunca ha utilizado biometría. Dijo que coordina movimientos con las autoridades israelíes, un requisito para cualquier grupo de ayuda humanitaria en Gaza.
Un funcionario de seguridad israelí —cuyo nombre no fue proporcionado de acuerdo con el protocolo del ejército— indicó que dentro de los sitios de ayuda no hay sistemas de control de seguridad desarrollados u operados por el ejército.
Cientos de contratistas
Los varios cientos de contratistas contratados por UG Solutions llegaron a Israel a mediados de mayo, poco antes de que se abriera el primer sitio de GHF el 26 de ese mes.
El despliegue fue desordenado y careció de liderazgo, dijeron los dos contratistas a la Ap. Algunos de los hombres habían sido reclutados apenas días antes, a través de un correo electrónico en el que se les preguntó si querían trabajar en Gaza. Muchos no tenían experiencia en combate y no estaban debidamente entrenados en el uso de armas ofensivas, señalaron.
SRS no proporcionó al personal borradores de reglas de enfrentamiento hasta tres días después de que comenzaron las distribuciones, dijeron. Las reglas provisionales, vistas por la Ap, dicen que la fuerza letal sólo puede usarse bajo extrema necesidad y que las armas no letales podrían utilizarse en una situación extrema contra individuos desarmados que sean físicamente violentos.
Los palestinos vistos en los videos no parecen ser físicamente agresivos. SRS dice que ha habido altercados ocasionales en los sitios entre las personas que solicitan ayuda, pero su personal no ha estado involucrado en ninguno.
Cada contratista estaba equipado con una pistola, granadas aturdidoras, gas lacrimógeno y un fusil automático de fabricación israelí capaz de disparar docenas de balas en segundos, señaló el contratista que tomó los videos.
En un correo electrónico de mayo compartido con la Ap por un tercero, un contratista de alto rango escribió al jefe de UG Solutions y dijo que la operación había sido una «hora amateur». Escribió que los sitios no tenían personal ni recursos suficientes, lo que los hacía «no sostenibles» e «inseguros», según el correo electrónico, visto por la Ap.
Los dos contratistas indicaron que ninguno de los hombres que trabajan para UG Solutions en Israel se sometió a pruebas para comprobar su capacidad de manejo seguro de armas. Uno de ellos comentó que la implementación apresurada también implicó que no todos pudieran “calibrar” sus armas, es decir, ajustarlas a sus especificaciones personales para asegurar una puntería correcta. Expertos militares afirman que no calibrar un arma supone un riesgo significativo.
Un portavoz de UG Solutions, Drew O’Brien, explicó que UG cuenta con un proceso exhaustivo de reclutamiento y capacitación, que incluye “un proceso de solicitud detallado, evaluación por parte de expertos, verificación de referencias, de antecedentes y dominio del uso de armas”. El grupo dijo enorgullecerse de sus constantes controles de calidad una vez iniciadas las misiones.
O’Brien señaló que el grupo desconocía el video que mostraba disparos de alguien que se cree era un contratista de UG Solutions. Indicó que no podía comentar sobre las acusaciones sin ver los vídeos.
Los dos contratistas advirtieron que, si la organización continúa como está, más vidas estarán en riesgo. «Si las operaciones continúan de esta manera, personas inocentes que buscan ayuda seguirán siendo heridas innecesariamente», señaló el contratista que tomó los videos. «Y posiblemente asesinados».
Con información de La Jornada