Los Mochis, Sin.- El viacrucis de 42 indígenas provenientes de Guadalupe y Calvo, Chihuahua inició con la esperanza y la ilusión de tener mejores condiciones de vida y contar con lo necesario para sus familias, pero nunca imaginaron lo que pasaría al llegar a trabajar a un predio del municipio de Ahome, cercano al campo 35 así lo narró “César” uno de los jornaleros agrícolas que salió de su lugar de origen con el deseo de progresar.
César señala que las condiciones en las que se encontraban en las cuarterías donde vivían no eran las óptimas, incluso sentían como si estuvieran en el infierno y deseaban comer alimentos calientes, pero no podían.
“Estábamos en el infierno porque no había ayuda de nada, nosotros deseábamos un caldito y ya fueran frijoles en agua y sal y cenar de perdida algo calientito, pero ahí comíamos puro enlatado, chucherías y uno está acostumbrado a sufrir, pero no así, en su ranchito uno es libre”, expresó.
El jornalero agrícola recordó que al principio les habían dicho que los llevarían a trabajar a Guadalajara, Jalisco, pero eso nunca llegó, y quienes mostraban su sentir eran amenazados.
“Pos que era a Jalisco y ya cuando estábamos aquí ya no nos quiso llevar, dijo que era solo una semana y que todo iba a estar pagado y pasó el mes y ganado una miseria, hubo mucha gente que se quiso salir de ahí y nos amenazó, la gente estaba asustada”, narró.
César comentó que sentían como si estuvieran secuestrados prácticamente, ya que si alguien decía que ya no quería trabajar lo único que recibían eran amenazas del responsable de contratarlos de quien dijo solo recuerda que se llama Rodolfo Moreno.
“Podemos decir que estábamos secuestrados, la gente se quería ir y el señor nos amenazaba, con el que estábamos trabajando de nombre Rodolfo Moreno, ese es el que nos trajo, él se dedica a reclutar gente, ya me salí yo y me fui a trabajar a Juan José Ríos y les conseguí a algunos y otros ya no pudieron, pero nos fuimos con lo que traíamos puesto, todo eso perdimos nosotros”, detalló.
El jornalero agrícola proveniente de Chihuahua para trabajar en las labores del campo describió cómo vivían en las cuarterías, donde dijo dormían prácticamente en tablas y estuvieron hasta sin cobijas por mucho tiempo.
“Ahí tienen sus cuartitos pero es como una litera y les ponen tablas así, y la mayoría no traía cobijas y ahí dormían sobre las tablas, el agua que tomábamos era mugrosa, el agua de la llave era oscura que teníamos que estar tomando”, recordó.
Por último, César dijo que lo único que quieren de los responsables de esta situación es que se les pague lo que les deben ya que la promesa era de hasta 400 pesos diarios y solo les pagaban 140 al día y al realizar sus gastos los mismos jornaleros les salían debiendo a los encargados del lugar.
“Quieren que se les devuelvan las cosas que dejaron allá y que les paguen lo que les deben, los 400 que quedaron de pagarles, y vamos a poner que ellos gastaran 200 diarios, pero los 200 faltantes estamos hablando de 24 mil pesos por cada uno por los 120 días que trabajaron, no les han pagado eso, si les daban pero es mucho lo que les deben, la promesa entre 350 y 400 pesos”, explicó.
Por lo pronto, los jornaleros han recibido apoyo tanto de gobierno del estado como del gobierno del municipio de Ahome, en donde se encuentran protegidos y con alimentos, además de que a quien decida regresarse a su lugar de origen se le apoyará para su traslado.