Posteriormente, las autoridades mexicanos lo consideraron prófugo de la justicia, tiempo en que retomó sus actividades en el tráfico de drogas.
El gobierno estadounidense ofrecía una recompensa de 20 millones de dólares por el capo sinaloense, acusado del asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena, en 1985, y por los delitos de secuestro, posesión con intención de distribuir marihuana y cocaína.
La Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) lo colocó en noviembre del año pasado en el primer lugar de la lista de los diez fugitivos más buscados.
Según autoridades mexicanas, Caro Quintero disputaba el liderazgo del cártel de Sinaloa a los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y a Ismael “El Mayo” Zambada.
Con información de El Universal