Los Mochis, Sin.- Entre lágrimas y un minuto de aplausos, comerciantes, mochitenses, familiares y amigos, dieron el último adiós a Don Luis Santana Tolentino, mejor conocido como ‘’El Señor de los Cintos’’ o ‘’El Chiflador de Los Mochis’’, ícono de la ciudad quien partió de este mundo el pasado miércoles 18 de junio a la edad de 89 años.
Desde muy joven, Don Luis se ganó el cariño y el respeto de todos por su buen humor, su carisma y su peculiar silbido para promocionar los productos de cintos, calcetines, camisas y más en Novedades Tere, la famosa tienda ubicada por calle Zaragoza y callejón Agustín Melgar en el centro de la ciudad, donde Don Luis se sentaba en su banquito con un cinto en la mano a silbar durante todo el día, una vida y un trabajo que lo acompañó durante casi 70 años.
Siendo una persona muy querida por todos, mochitenses expresaron su cariño por Don Luis a quien conocieron durante muchos años cuando pasaban por el centro, recordándolo como una persona amable, servicial y trabajador.
‘’Todos lo querían mucho, yo lo quería mucho, yo lo conocí cuando entré aquí, yo tenía 17 años, trabajaba a la vuelta, yo venía a comprar cosas para bailables y todo eso, yo lo escuchaba’’.
Entre las historias rescatadas, ciudadanos y jóvenes del ayer recordaron sus años de infancia cuando Don Luis era un joven veinteañero que desde entonces ya era famoso por su silbido y con los años, gente de otros lugares venían únicamente a tomarse la foto del recuerdo con ‘’El Chiflador de Los Mochis’’.
‘’Yo desde chiquita me acuerdo que me traía mi mamá de la mano y ya estaba él aquí, tendría unos veintitantos años, a la edad que él murió y la edad que yo tengo, le echaba grito la gente, venía gente a tomarle foto, a saludarlo, él se prestaba para eso’’.
Este jueves, tras haber velado sus restos en una funeraria local, el cuerpo de Don Luis fue llevado a su famosa esquina donde lo esperaban decenas de mochitenses para darle el último adiós con un homenaje póstumo. Hombres y mujeres que lo conocieron y que crecieron junto con él no pudieron contener las lágrimas al ver la fotografía de Don Luis y su banquito donde fue colocado un altar con su botellita de agua, su pan y su refresco que eran característico de él.
Durante el emotivo homenaje, en una bocina se escuchó una canción compuesta en su memoria, recordando a Don Luis no solo como un ícono, sino como el buen amigo de todos los mochitenses.
Una vez que la bocina se apagó, una de sus nietas tomó la palabra para agradecer a todos los presentes por el cariño hacia su abuelo, pidiendo a la ciudadanía que no olviden el nombre y la historia de Don Luis Santana, una historia que quedará marcada por siempre en la ciudad de Los Mochis.