Chilpancingo, Gro.- Unos 800 indígenas de la comunidad de Ayotzinapa, municipio de Tlapa de Comonfort, en la región de la Montaña alta de Guerrero, partieron al mediodía de este domingo rumbo a los campos agrícolas de los estados de Sinaloa y Guanajuato, donde trabajarán durante los próximos seis meses.
Paulino Rodríguez, abogado del área de migrantes del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, denunció que “lamentablemente” ninguno de los tres órdenes de gobierno otorgó ayuda a los jornaleros que abordaron 14 autobuses proporcionados por la empresa contratante.
Explicó que en una primera etapa los camiones trasladaron a los trabajadores, entre ellos niñas, niños, mujeres y hombres a la Unidad de Servicios Internos o Casa del Jornalero, ubicada en Tlapa, para su registro.
Y de ahí fueron llevados hasta el campo agrícola Buen Campo, ubicado en la localidad de Costa Rica, municipio de Culiacán, Sinaloa, y a diversos puntos de Guanajuato.
El jueves pasado, Abel Barrera Hernández, director de Tlachinollan, informó que en lo que va del presente año, en la Unidad de Servicios Internos se había registrado la partida de unas 15 mil personas hasta octubre anterior.
Precisó que sólo en las dos semanas recientes salieron al menos 15 autobuses con 60 jornaleros cada uno; no obstante, apuntó, hay familias que se trasladan en sus propios vehículos.
“Se vive una situación muy dramática porque ninguna instancia de gobierno se encarga de darles seguimiento ni atención básica”, alertó.
Refirió que a partir de la pandemia de covid-19, el número de trabajadores agrícolas que migra aumentó. “Pegó muy duro en La Montaña, y los que migran son las familias más pobres, porque salen de sus comunidades sin un centavo, y con deudas para pagar el autobús que les cobra 2 o 3 mil pesos para ir a los campos del norte del país y el Bajío”, expuso.
Con información de La Jornada