Culiacán, Sin.- La violencia en Culiacán alcanzó un nuevo nivel de brutalidad con el asesinato de Salvador, un agente de la policía de investigación del Estado asignado a la Unidad Especializada en Aprehensiones (UNESA). Salvador, de 47 años, fue privado de su libertad la noche del sábado 22 de marzo en su domicilio ubicado en el Fraccionamiento Los Ángeles, al oriente de la ciudad. Horas después, su cuerpo fue encontrado con huellas de tortura y múltiples impactos de bala en el sector Los Huizaches, al sur de la ciudad.
El hallazgo ocurrió durante la madrugada del domingo 23 de marzo, en la intersección de la calle Mina Escobar y la avenida 22 de Diciembre, a solo dos calles del bulevar de Las Torres. Junto al cuerpo, que estaba tirado boca arriba, se encontraron dos cartulinas blancas con mensajes escritos, sujetadas con piedras sobre su pecho y piernas. Las autoridades aún no han revelado el contenido de los mensajes ni detalles sobre los posibles responsables.
El caso ha generado indignación y preocupación entre los habitantes de Culiacán, quienes exigen justicia y mayor seguridad en la región. Salvador, como miembro de la fiscalía estatal, representaba una figura clave en la lucha contra el crimen, y su asesinato pone en evidencia los riesgos que enfrentan los agentes encargados de proteger a la ciudadanía.
Las investigaciones continúan, mientras las autoridades trabajan para esclarecer los hechos y dar con los responsables de este crimen que ha dejado una profunda huella en la comunidad. La violencia en Culiacán sigue siendo un desafío urgente que requiere acciones contundentes para garantizar la seguridad de sus habitantes.