Ciudad de México.- Aunque por muchos años se ha teorizado cómo pudo surgir la vida en la Tierra, parece que hoy estamos más cerca que nunca en descubrirlo y todo esto gracias al asteroide Bennu, pues las muestras recogidas por la misión OSIRIS-REx han arrojado resultados sorprendes ya que la NASA dio a conocer que en ellas se detectó triptófano, un aminoácido esencial para la formación de proteínas.
El contenedor con 121.6 gramos de polvo y roca de Bennu aterrizó con éxito en 2023, convirtiéndose en la mayor muestra procedente de más allá de la Luna hasta ahora traída a la Tierra. Gracias a este “regalo” del cosmos, los científicos han podido analizar con alta precisión materiales originales del sistema solar, preservados desde hace unos 4.500 millones de años.
Según el artículo técnico inicial de 2024, el asteroide Bennu pertenece al tipo B de cuerpos carbonáceos, es decir, objetos antiguos, ricos en compuestos volátiles y orgánicos, que apenas han sufrido alteraciones térmicas o geológicas desde su formación. La rególi t (polvo y roca) recolectada por OSIRIS-REx contiene desde minerales oscuros hasta partículas con vetas brillantes, lo que podría ser un indicativo de procesos hidrotermales antiguos, además de sulfuros, fosfatos, granos presolares y fases ricas en fluido.
¿Qué se sabe sobre el asteroide Bennu?
Los primeros estudios publicados en revistas como Nature Astronomy revelaron que Bennu no solo contiene carbono y nitrógeno, sino también varios de los componentes fundamentales de la química de la vida en la Tierra. Entre ellos:
- 14 de los 20 aminoácidos proteicos usados por la vida terrestre.
- Las cinco nucleobases fundamentales del ADN y ARN (adenina, timina, citosina, guanina y uracilo), clave para la construcción del material genético.
- La presencia de fosfatos solubles en agua, especialmente un fosfato de magnesio-sodio cuya pureza llamó la atención de los investigadores, y que sugiere procesos geológicos complejos en la historia de Bennu.
- Evidencias mineralógicas de arcillas hidratadas, carbonatos y sales propias de ambientes acuosos antiguos, lo que sugiere que Bennu o su cuerpo progenitor podría haber albergado agua líquida en algún momento.
A esto se suma un hallazgo particularmente inesperado: mediante técnicas de pirólisis (calentamiento brusco) combinadas con análisis químicos en húmedo, el equipo detectó señales de triptófano, lo cual representaría el primer aminoácido complejo hallado en una muestra extraterrestre, lo que sugiere que los compuestos necesarios para que se formara la vida en la Tierra se encontraban en el Universo desde hace más de lo pensado.
¿Por qué es importante el hallazgo de triptófano en el asteroide Bennu?
La detección de triptófano en Bennu representa un avance significativo y un reto para los modelos tradicionales del origen de la vida ya que a diferencia de aminoácidos simples (como glicina o alanina), el triptófano tiene una estructura más compleja y es uno de los precursores de moléculas biológicas clave en la Tierra (por ejemplo, en la síntesis de neurotransmisores como la serotonina).
Su presencia en material extraterrestre abre la posibilidad de que los bloques básicos de la biología hayan surgido fuera del planeta y aunque ya se habían hallado 14 aminoácidos naturales y las cinco nucleobases en Bennu, nunca antes se había identificado triptófano en meteoritos o muestras de asteroides.
De la misma forma, el descubrimiento sugiere que los entornos en cuerpos pequeños, fríos y primitivos (como asteroides carbonáceos) pudieron generar moléculas cada vez más complejas, quizá mediante reacciones en agua salada, durante las etapas tempranas del sistema solar. No obstante, los investigadores son cautos ya que el triptófano figura como una señal «tentativa», su detección requiere confirmación adicional y su origen debe descartarse con riguroso análisis de contaminación.
En conjunto, la mezcla de compuestos orgánicos (aminoácidos, nucleobases, agua, sales, fosfatos) y minerales asociados a ambientes acuosos sugiere que Bennu podría haber sido un escenario ideal para la química prebiótica: un “caldo cósmico” donde los ingredientes de la vida se mezclaron, reaccionaron y quedaron preservados durante eones.
Con imagen e información de El Heraldo de México






