Estados Unidos.- El presidente Estados Unidos, Donald Trump, firmó cuatro órdenes ejecutivas para acelerar el desarrollo de energía nuclear en su país. De acuerdo con The New York Times, las medidas buscan facilitar la aprobación de nuevos reactores, reactivar plantas cerradas y cuadruplicar la capacidad eléctrica nuclear hacia 2050.
Las órdenes firmadas el pasado viernes establecen nuevas directrices para acelerar la aprobación de reactores nucleares. Una de ellas instruye a la Comisión Reguladora Nuclear (NRC, por sus siglas en inglés) a simplificar sus procesos y reducir los tiempos de aprobación a no más de 18 meses.
Además, la NRC deberá revisar sus límites actuales de exposición a la radiación. La administración argumenta que las reglas actuales podrían estar por encima de lo necesario para proteger la salud humana.
También se plantea que los Departamentos de Energía y Defensa evalúen la posibilidad de construir reactores en bases militares o terrenos federales. Esto permitiría a esas agencias operar bajo un sistema de aprobación paralelo, al margen de la NRC.
¿Qué tipo de reactores se construirán?
Las nuevas políticas apuntan principalmente a una nueva generación de reactores pequeños y avanzados. Estas tecnologías todavía no han sido probadas en entornos reales, pero ofrecen promesas de menor costo, tiempos de construcción más cortos y diseños estandarizados.
Hasta el momento, no se ha construido ninguno de estos reactores en Estados Unidos, aunque hay proyectos en desarrollo en Wyoming, Texas y Tennessee.
¿Por qué acelerar el desarrollo nuclear?
Trump declaró una “emergencia energética nacional” al asumir el cargo. Argumentó que la demanda de electricidad está creciendo, especialmente por el aumento de centros de datos que usan inteligencia artificial.
Aunque gran parte de su política energética se ha enfocado en el carbón, el petróleo y el gas, también ha impulsado el desarrollo nuclear como una fuente de electricidad constante y sin emisiones de carbono.
Este es un día crucial para la industria nuclear”, dijo Doug Burgum, secretario del Interior, durante la ceremonia en la Casa Blanca. “Esto va a hacer retroceder más de 50 años de sobrerregulación”.
¿Qué opina el Congreso y la industria?
La energía nuclear cuenta con apoyo bipartidista. Algunos legisladores demócratas continúan preocupados por los residuos y la seguridad, pero otros la ven como una alternativa viable al cambio climático. Por su parte, los republicanos destacan su importancia para la seguridad energética.
El Congreso aprobó una ley que permite a las empresas constructoras de reactores acceder a exenciones fiscales, siempre que inicien sus obras antes de 2028. Esto excluye a otras fuentes de energía limpia, que quedaron fuera de los beneficios.
Sin embargo, el desarrollo nuclear ha sido lento y costoso. Desde 1996, solo tres nuevos reactores han entrado en operación. Los más recientes, construidos en Georgia, costaron 35 mil millones de dólares y se retrasaron siete años.
¿Qué obstáculos enfrenta esta estrategia?
Uno de los principales problemas es el costo de construcción y los largos procesos regulatorios. Muchas empresas atribuyen las demoras a la NRC, que sigue operando bajo normas diseñadas para tecnologías más antiguas.
La orden ejecutiva firmada también instruye a reorganizar la NRC en coordinación con el Departamento de Eficiencia Gubernamental, un grupo vinculado a Elon Musk. Esta reorganización podría incluir despidos.
Algunos expertos y promotores temen que los cambios debiliten las medidas de seguridad. Desde el accidente parcial de Three Mile Island en 1979, no ha habido incidentes graves en el país, gracias a normativas estrictas.
En pocas palabras, la industria nuclear estadounidense fracasará si no se prioriza la seguridad”, advirtió Edwin Lyman, director de seguridad nuclear de la Unión de Científicos Preocupados.
¿Habrá financiamiento público para las nuevas plantas?
Una de las órdenes instruye al Departamento de Energía a utilizar la Oficina de Programas de Préstamos, con una capacidad de 400 mil millones de dólares, para financiar nuevos proyectos y reactivar plantas cerradas.
El objetivo es tener al menos 10 reactores grandes en construcción para el año 2030. Sin embargo, la oficina de préstamos ha sufrido recortes de personal, y los republicanos en la Cámara de Representantes han propuesto disminuir su presupuesto, lo cual podría frenar estos esfuerzos.
Se necesita un apoyo financiero gubernamental considerable para que esto suceda, alcance la escala comercial y reduzca los costos”, explicó Armond Cohen, del grupo Clean Air Task Force. “Para apoyar los objetivos de la administración, el Congreso debe aumentar el apoyo en lugar de eliminarlo”.
¿Qué sigue para la energía nuclear en EEUU?
El éxito de esta estrategia depende de varios factores: recortes regulatorios, apoyo financiero y avances tecnológicos. Las órdenes ejecutivas marcan una ruta, pero la industria aún debe demostrar que puede construir reactores más rápido, más barato y de manera segura.
La NRC ya ha comenzado a modernizar sus procesos, pero los cambios propuestos por la Casa Blanca podrían acelerar o complicar ese trabajo.
Nuestra evaluación es que la NRC ya está logrando avances significativos en la reforma”, afirmó Judi Greenwald, de la Alianza de Innovación Nuclear.
Por ahora, el futuro nuclear de Estados Unidos se encuentra en una etapa de transición, con muchos desafíos técnicos, económicos y regulatorios por resolver.