Los Mochis, Sin.- Este martes se escribió el desenlace de una historia de lucha y perseverancia por parte de los extrabajadores jubilados y activos del ingenio azucarero de Los Mochis, quienes después de 11 años de lucha finalmente obtuvieron la posesión de terrenos para poder indemnizarlos por los años de trabajo que dedicaron a la producción de azúcar.
Este logro histórico que quedará marcado en la historia del ingenio azucarero, fue motivo de celebración para los azucareros que acudieron con alegría al que por muchos años fue su lugar de trabajo para celebrar y al mismo tiempo reencontrarse con los viejos amigos a recordar los momentos del ayer cuando el famoso pitido del ingenio azucarero marcaba el inicio de otro día productivo para la ciudad de Los Mochis.
En entrevista con extrabajadores, se dijeron contentos por este logro que marca el final de una lucha incansable por obtener su merecida indemnización y aunque muchos trabajadores se adelantaron en el camino, celebran que por fin se haya hecho justicia por los obreros que cimentaron el inicio del desarrollo de la ciudad que será recordada con los vientos con olor a caña.
“Triste y a la vez cornentos porque se nos cayó el negocio qué nos dejaron nuestros padres y lo bueno es que ya se nos realizó la venta, no nos robaron como nos querían robar, se hizo justicia por todos nosotros, por todos los trabajadores. Me siento contento de ver compañeros que andamos apenas, otros nuevos, viejos que no nos mirábamos desde hace años y aquí nos encontramos, con enfermedades pero aquí andamos”.
Entre las historias de vida que rescatamos en el lugar, nos encontramos con el señor José María Ruelas, quien comenzó a trabajar en el ingenio azucarero en el año de 1967 hasta el año 2005, toda una vida dedicada a la producción de azúcar y ahora junto con sus compañeros y camaradas, se dice contento de poder llegar a los 80 años en este día miércoles 19 de marzo y celebrarlo con el fallo a favor de los azucareros.
“Mañana si Dios me permite otro día a completar mis 80 años de edad y me siento feliz por todos los movimientos se han hecho y mis compañeros han apoyado para que este movimiento no caiga y que salgamos adelante”.
Ramón Francisco Chon Carrillo, con los sentimientos a flor de piel mostró su contento por llegar a este día donde finalmente serán liquidados por dedicar su vida a este trabajo que les permitió llevar el sustento a sus hogares y ofrecerles estudios de universidad a sus hijos.
“Estoy orgulloso de que ya nos van a pagar, ya nos van a liquidar, tanto tiempo esperando y como dice el dicho, el que persevera alcanza”.
Y es que a pesar de su avanzada edad y condición, el contento de este día se vio reflejado en los extrabajadores que con bastón y a paso lento, no dudaron en ayudar en los trabajos para delimitar los terrenos que pasan a ser posesión de los trabajadores para que puedan ser indemnizados.
Con la pala en la mano, cargando troncos y sudando la gota gorda, los azucareros trabajaron durante todo el día y por un instante parecía que el ingenio azucarero había cobrado vida nuevamente.
En este día de júbilo no solo para los trabajadores del ingenio sino también para el resto de la ciudadanía que también han mostrado contento por los obreros del azúcar, finalmente se escribe el desenlace de esta historia, la historia de quienes vieron cerrar las puertas del ingenio azucarero, el origen y el corazón de la ciudad con los vientos con olor a caña.