Ciudad de México.- El mercado laboral mexicano mostró, en el penúltimo mes de 2025, una ligera presión en su tasa de desempleo abierto, la cual registró un incremento. Este dato coexiste con los desafíos estructurales de larga data en materia de calidad del empleo y alta informalidad, según la última medición oficial.
Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la desocupación se mantuvo en un nivel bajo históricamente. Sin embargo, un análisis detallado de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) revela dinámicas complejas:
- Leve contracción en la población que busca activamente trabajar.
- Reducción en la subocupación.
- Incremento en las condiciones laborales críticas.
- Tasa de informalidad que sigue abarcando a más de la mitad de los trabajadores.
¿Cuántos buscan trabajo activamente?
El Inegi informó que la tasa de desempleo en noviembre de 2025 fue del 2,7% de la Población Económicamente Activa (PEA). En términos absolutos, esto representa 1,6 millones de personas buscando un empleo de manera activa. Este dato implica un incremento anual de 11,000 personas en la desocupación, comparado con noviembre de 2024, cuando la tasa fue del 2,6%.
Un dato relevante es el tamaño de la propia PEA, que es el grupo de personas de 15 años o más que trabajan o buscan trabajo. En noviembre de 2025, esta fue de 61.5 millones de personas. La tasa de participación económica (el porcentaje de la población en edad de trabajar que se integra a la PEA) fue del 59%, un punto porcentual menos que el 60% registrado un año antes. Esto significa que una porción ligeramente mayor de la población en edad de trabajar no está empleada ni buscando empleo.
La calidad del empleo y la informalidad
El dato del desempleo no captura toda la realidad del mercado laboral. El Inegi proporciona otras métricas cruciales para entender la calidad del empleo.
- Subocupación: Las personas que trabajan pero tienen la necesidad y disponibilidad para trabajar más horas (subocupadas) fueron 4.3 millones en noviembre, equivalentes al 7.2% de la población ocupada. Este es un dato positivo, ya que significa cerca de un millón menos de personas en esta situación comparado con noviembre de 2024, cuando la tasa de subocupación era del 8.9%.
- Condiciones Críticas: En contraste, la tasa de condiciones críticas de ocupación, que mide a quienes trabajan con ingresos insuficientes, jornadas excesivas o una combinación de ambos subió al 37.5%. Este es un incremento notable frente al 34.5% del mismo mes del año anterior.
- Informalidad Laboral: Este sigue siendo uno de los principales retos. La tasa de informalidad laboral se situó en el 54.8%. Esto quiere decir que 32.8 millones de personas ocupadas laboraban en condiciones de informalidad, ya sea en unidades económicas no registradas o sin acceso a seguridad social. De ellos, 17.5 millones estaban ocupados directamente en el sector informal (negocios no registrados), lo que representa el 29.3% del total de ocupados.
¿Dónde trabaja la gente? Desglose por sector y género
La distribución de la población ocupada, que sumó 59.8 millones de personas (163,000 menos que en noviembre de 2024), por sectores económicos fue la siguiente:
- Servicios: Concentró al 44.2% de los trabajadores.
- Comercio: Agrupó al 19.7%.
- Industria Manufacturera: Dio empleo al 16.2%.
- Actividades Agropecuarias: Ocupó al 10.4%.
- Construcción: Concentró al 7.9%.
En cuanto a la participación por género, la composición de la PEA muestra una brecha sustancial. La PEA femenina fue de 24.3 millones, con una tasa de participación del 45.1% de las mujeres en edad de trabajar. La PEA masculina fue de 35.5 millones, con una tasa de participación del 74.6%. Ambos porcentajes son inferiores a los observados en noviembre de 2024.
La población fuera de la fuerza laboral
Un grupo significativo es la Población No Económicamente Activa (PNEA), integrada por quienes no trabajan ni buscan trabajo. Esta fue de 42.8 millones (41% de la población de 15 años y más). Dentro de este grupo, el Inegi identifica a 5.6 millones de personas que, a pesar de declararse disponibles para trabajar, no realizan acciones de búsqueda activa.
Los datos del Inegi para noviembre de 2025 pintan un escenario laboral mexicano con dos caras. Por un lado, se observa un mercado con una baja tasa de desempleo abierto y una reducción en el número de personas que buscan más horas de trabajo. Por el otro, persisten y en algunos casos se agudizan, los problemas estructurales: más de uno de cada tres trabajadores se encuentra en una condición crítica por ingresos o tiempo trabajado, y la informalidad continúa siendo la norma para más de la mitad de la fuerza laboral ocupada. La ligera contracción en la tasa de participación económica también merece atención para comprender las dinámicas futuras del mercado de trabajo.
Con información de El Imparcial
