Los Mochis, Sin.- Nicolás Cabada Escobar, de 23 años, había llegado a Sinaloa desde Urique, en la sierra de Chihuahua, para trabajar en el campo. Sin embargo, fue abandonado y se encontró sin recursos para regresar a casa. Durante su tiempo en Sinaloa no hablaba bien español, lo que dificultó aún más su situación.
Afortunadamente, las redes sociales y las autoridades locales se unieron para ayudar a reunirlo con su familia.
El joven Nicolás Cabada Escobar llegó a Sinaloa cuando tenía 20 años con la esperanza de encontrar trabajo en el campo. Sin embargo, las circunstancias lo llevaron por un camino diferente. Abandonado y sin saber cómo regresar a su casa en Urique, comenzó a deambular por la región.
Fue en el municipio de Navolato donde algunas personas se percataron de su situación. Publicaron su fotografía en Facebook, indicando que buscaba a su familia.
La Comisión Estatal de Búsqueda en la Zona Norte y la Dirección de Apoyo a Búsquedas de Personas Desaparecidas en Ahome se involucraron en el caso. Nicolás fue puesto en resguardo en un centro de rehabilitación en La Palma, Navolato, donde permaneció durante nueve meses mientras se buscaba a sus familiares.
Finalmente, gracias a la colaboración entre los municipios de Ahome y Urique, un amigo de la familia viajó a Los Mochis para traer de regreso a Nicolás. A pesar de las barreras del idioma y la escasez de recursos, lograron reunirse con su madre, su padre y sus hermanos. Para la madre de Nicolás, este reencuentro es el mejor regalo que podría recibir en estos días.
La historia de Nicolás Cabada Escobar nos recuerda la importancia de la solidaridad y la perseverancia en la búsqueda de seres queridos. Su reencuentro es un rayo de esperanza en tiempos difíciles.
