Los Mochis, Sin.- La caída de las plataformas sociales pertenecientes al corporativo Facebook no solo le hizo perder a su propietario Mark Zuckerberg miles de millones de dólares (se especula que fueron alrededor de 6 mil millones), una estrepitosa caída en la bolsa de valores y un importante descenso de peldaños en la lista de hombres más ricos del mundo, también afectó al ciudadano común, el humano “de a pie” que utiliza estas redes para comunicarse diariamente, trabajar e incluso comercializar artículos y sustentar sus negocios.
A través de un sondeo realizado por Altavoz, usuarios de Facebook, Instagram, Messenger y WhatsApp señalaron que, principalmente esta última plataforma, fue la que más echaron de menos al ser la más utilizada para estar en contacto con amigos, familia y compañeros de trabajo.
Muchos se sintieron confundidos cuando las aplicaciones comenzaron a fallar. Reiniciaron el teléfono y hasta el módem, pero, al ver que era problema de las redes, se limitaron a esperar y sobrellevar lo que catalogaron como “un día muy raro”.
“Yo pensé que era falla del teléfono, del módem, alguna de esas cosas. Estuvo el día muy diferente en comparación con los anteriores, porque ya dependemos en algunas formas de las redes sociales para saber del día a día de las personas”.
Pero más allá que subir fotos o simplemente pasar el tiempo viendo qué están haciendo tus contactos, muchas personas dependen literalmente de estas redes sociales para trabajar.
Es el caso de los repartidores, quienes se vieron afectados durante las casi seis horas que duró la caída al no lograr conectar con sus clientes ni proveedores.
“Se fueron para abajo las ventas de los negocios y las entregas también, eso fue catastrófico. No hubo entregas hasta después de las 2 de la tarde, nomás hice como dos pedidos en la mañana, es el problema de depender de las redes”.
Pero ¿Qué reflexión nos deja ese acontecimiento? No se puede negar que hoy en día el mundo entero depende de la conectividad en redes sociales, y, a su vez, cada persona lleva consigo al mundo entero en dichas plataformas.
Incluso muchos de aquellos que vivieron en la época “pre-digital” ya no saben cómo reaccionar cuando no tienen a la mano su perfil de Facebook o sus contactos de WhatsApp, y qué decir de los millennials o centennials que nacieron casi casi con su cuenta de Instagram ya creada, jóvenes que no conciben el mundo sin la internet.
“Considero que somos muy dependientes (de las redes sociales), dependemos hasta para nuestra comunicación intrafamiliar, al exterior, para todo. Creo que sería importante fomentar y desarrollar otros métodos de comunicación, no depender tanto de la tecnología”.