Los Mochis, Sin.- Es cuestión de que se levante la veda de camarón para comenzar a ver múltiples puntos de venta callejeros, a los que ya prácticamente con la boca hecha agua acuden los amantes de este crustáceo dispuestos a llevar los kilos que sean necesarios para satisfacer el antojo de familias enteras.
Y es que es indudable que el camarón es uno de los mariscos predilectos en Sinaloa; su sabor y variedad de opciones para preparar le han valido para ser bautizado como “el oro del mar”.
Algunos lo prefieren frío, en cocteles, ceviche, ahogados, ensalada… Otros lo disfrutan más caliente, en albóndigas, cocidos, al chipotle…
Cualquiera que sea su preparación, en los últimos días es ya común ver a ciudadanos de todas las edades incluso haciendo fila para llevar camarón de todos los tamaños y precios.
“A mi se me hace que está barato y de buen tamaño. Esperamos con ansias que se levante la veda… A mi sí me gusta el camarón de granja, aunque se me hace muy insípido y por eso prefiero el de mar… Me gusta comprar en lugares que se vean limpios”.
Los comerciantes, madrugadores, como debe de ser, arriban temprano a su esquina y bajan las hieleras con el camarón estrictamente acomodado por tamaños.
Para ellos son tiempos benévolos, aunque aseguran que durante estos primeros días las ventas aún son regulares.
Aún así, su esperanza de recibir mayor cantidad de clientes no se pierde , pues aunque reconocen que los precios están algo elevados, afirman que la calidad del producto que están ofreciendo es sumamente buena.
“Estamos vendiendo del martes para acá, está calmado, hay poco producto y hay pocas ventas, pero la calidad sí está muy buena y pues los precios están igual que el año pasado. Está el mediano en $180, ese lo utiliza la gente para el empanizado, para cocerlo. El coctelero se utiliza para casi todo, ceviche, ahogado, ranchero, en coctel. El con cabeza pues natural, es muy bueno”.
Es así que podemos afirmar que la temporada de abundancia de camarón es casi casi una fiesta para los sinaloenses, y es que, como alguna vez lo dijo un sabio: “a falta de amor, nada como un buen platillo con camarón”.