A más de 40 días de los asesinatos de Cerocahui, jesuitas exigen seguridad para la comunidad rarámuri

Chihuahua.- Después de más de 40 días de los asesinatos de dos jesuitas en Cerocahui, la Compañía de Jesús hizo un llamado para garantizar los derechos de los rarámuri y resarcir el daño de la violencia.

“Hemos manifestado a las autoridades de los tres niveles de gobierno, que para la compañía de Jesús es prioritario garantizar los derechos de la comunidad rarámuri, que se debe resarcir el daño que han causado la violencia y el olvido a la Sierra Taraumara desde hace décadas”, declaró el provincial de la Compañía, Luis Gerardo Moro.

En el marco del cierre del año ignaciano este 31 de julio, Moro recalcó en un video compartido a través de redes sociales, que espera “que esa sangre derramada sea fermento para construir la añorada reconciliación y paz que el país necesita”.

Igualmente, hizo un llamado para abrir espacios de dialogo, instalar un Consejo Nacional para la Paz y revisar la actual política de seguridad.

“Nuestro camino como iglesia debe continuar, siempre a lado de las todas las víctimas de la violencia”, agregó.

El pasado 20 de junio, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, sacerdotes jesuitas de la comunidad de Cerocahui, Chihuahua, así como el guía de turistas Pedro Palma, fueron asesinados.

Entonces, la Compañía de Jesús recalcó que estos hechos no son aislados y acusó que la Sierra Tarahumara, como muchas otras regiones del país, enfrenta condiciones de violencia y olvido que no han sido revertidas.

Tras los hechos, diversas autoridades religiosas exigieron al gobierno acciones prontas para hacer frente a la violencia e inseguridad que viven las comunidades de México.

Igualmente, obispos y sacerdotes hicieron llamados al gobierno federal para que revise su estrategia de seguridad pues, aseguraron que la premisa de “abrazos, no balazos” no ha sido suficiente.

El pasado 13 de julio, la Fiscalía de Chihuahua informó que detuvo a José Pablo “M”, alias “El Barbas”, y a Alfredo Evaristo “A”, alias “El Chispa”, presuntos cómplices de José Noriel Portillo “El Chueco”, a quien las autoridades atribuyen el asesinato de los sacerdotes jesuitas.

La institución aseguró que ambos participaron en la inhumación clandestina de Paul Osvaldo Berrelleza Rábago, uno de los dos hermanos secuestrados por “El Chueco” y cuyo cuerpo apareció el pasado 7 de julio en un punto del Cerro Colorado, ejido de Cerocahui.

Con imagen e información de Aristegui Noticias 

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