Ciudad de México.- La pandemia de covid-19 está originando que mentes brillantes en México empiecen a pensar en migrar del país.
84% de migrantes mexicanos con licenciatura y 82% con posgrado tienen como destino EU
México es el principal exportador de estudiantes y trabajadores altamente calificados de toda América Latina. En 2015, al menos 1.2 millones de mexicanos brillantes radicaban en el extranjero; 900 mil con títulos universitarios completados y 300 mil con posgrado.
“Lo que pasa con la pandemia es que se acelera el fenómeno. La fuga de cerebros tiene un componente tangible que es la parte económica y México fue muy golpeado en este sentido, pero también la social y la sicológica y si empieza a haber un ambiente de pesimismo, de decir no va a haber trabajo ni ahorita ni en cinco años, se empieza a dar esa idea en los jóvenes de buscar migrar”, dijo Almazán.
El joven investigador, egresado de Harvard, explicó que cuando el talento mexicano abandona el país, México pierde una oportunidad de recibir los beneficios de su capacidad, lo que ahora derivaría en consecuencias negativas para la recuperación de la economía mexicana tras la peor crisis mundial en los últimos 80 años.
“A partir de un IQ de 115 para arriba, ya no nos vamos con sobredotados sino con inteligencia superior promedio, son gente que cuando sale de sus carreras no va a competir por un puesto, va crear un puesto de trabajo y se va a volver un emprendedor y eso es lo que vamos a necesitar. Pero además si un país como México pierde a su gente inteligente de manera continua, la inteligencia del país va ir bajando y eso repercute en otros aspectos como la inseguridad y en más violencia”, alertó.
Pero no sólo eso, con la fuga de las mentes brillantes, México deja de capitalizar la inversión que hizo en su formación.
“Según cálculos del Departamento de Educación de Estados Unidos, el costo de crianza desde que nace un niño hasta la preparatoria es en promedio de 77 mil dólares antes de los 18 años. Si un país como Estados Unidos invierte en atraer a estos jóvenes sobredotados se está ahorrando estos 77 mil dólares porque el niño o el joven ya fue criado, ya se formó y México absorbió el costo. El asunto es que no sólo hablamos de uno, sino de cientos de miles de personas durante varios años”, planteó Almazán.
Estados Unidos es uno de los países que más recibe la migración mexicana altamente calificada pues 84% de los migrantes mexicanos con licenciatura y 82% con posgrado tienen como destino dicho país, de acuerdo con la Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión (INCyTU) del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
Según datos del Cedat, se estima que en el país hay un millón de niños y jóvenes con un coeficiente intelectual mayor a 130 puntos, es decir, sobredotación intelectual pero sólo se ha diagnosticado a 5%.
“La pandemia nos sirve como un llamado de atención para que este fenómeno no crezca más y es donde decimos bueno hay que invertir más, dar becas, apoyo social y no sólo apoyo económico, sino mostrarle a los jóvenes sobredotados que su talento sí importa, que sí son apreciados”, concluyó.
NO HUBO FUTURO AQUÍ PARA RENATA Y NATALIA
En 2017, las hermanas Altuzar, dos mentes brillantes mexicanas, migraron del país para continuar sus estudios en Estados Unidos.
Tres años después, Renata, de 16 años, y Natalia de 15, no titubean al decir que las oportunidades que les ha dado aquel país nunca se las brindó México.

Cuando estaba en cuarto de primaria en una escuela mexicana, Natalia se salía de las clases porque la aburrían. A su mamá le dijeron que debía medicarla porque tenía déficit de atención.
Lo mismo pasó con su hermana Renata.
En la primaria me empecé a dar cuenta que todo era muy repetitivo, eran cosas que yo podía aprender en uno dos días de clase, pero lo pasabas aprendiendo hasta dos semanas”, recordó Renata, quien tras abrir el corazón de una vaca para un trabajo, supo de inmediato que quería estudiar medicina, para convertirse en cirujana.
“Y las oportunidades en Estados Unidos para lograrlo son muchas más de las que tenía en México. Mi experiencia en una escuela pública aquí en Estados Unidos fue mejor que en una escuela privada en México”, agregó.
Las hermanas con un IQ superior a 130 están convencidas de que si no hubieran migrado no estarían usando sus mentes al máximo.
“Claro que si tuviéramos más oportunidades como las que nos dan en Estados Unidos y un mejor sistema de educación, las personas como yo y mi hermana no nos iríamos por ningún motivo. El gobierno tiene una responsabilidad de cuidar a sus jóvenes para que se queden en el país”, dijo Natalia.
“Siento que es algo que se tiene que cambiar en México, a mí no me molesta estar aquí, en Estados Unidos, pero me gustaría mucho estar en mi país”, concluyó Renata.