Covid expulsará a mentes brillantes; a los factores económicos se suman sicológicos

Ciudad de México.- La pandemia de covid-19 está originando que mentes brillantes en México empiecen a pensar en migrar del país.

84% de migrantes mexicanos con licenciatura y 82% con posgrado tienen como destino EU

Factores económicos, pero ahora también sicológicos, pueden potenciar la “fuga de cerebros”, advirtió Andrew Almazán Anaya, director Centro de Atención al Talento (Cedat)

México es el principal exportador de estudiantes y trabajadores altamente calificados de toda América Latina. En 2015, al menos 1.2 millones de mexicanos brillantes radicaban en el extranjero; 900 mil con títulos universitarios completados y 300 mil con posgrado.

“Lo que pasa con la pandemia es que se acelera el fenómeno. La fuga de cerebros tiene un componente tangible que es la parte económica y México fue muy golpeado en este sentido, pero también la social y la sicológica y si empieza a haber un ambiente de pesimismo, de decir no va a haber trabajo ni ahorita ni en cinco años, se empieza a dar esa idea en los jóvenes de buscar migrar”, dijo Almazán.

“Ahorita ya tenemos niños y jóvenes en el Cedat que no se han ido pero su mentalidad en los últimos meses se está orientando en ese sentido, de cómo le hago para irme en unos cinco o seis años y entonces, aunque el país pudiera recuperarse en ese tiempo ya la mentalidad de irse como está hecha sería complicado detenerlos después”, expuso.

El joven investigador, egresado de Harvard, explicó que cuando el talento mexicano abandona el país, México pierde una oportunidad de recibir los beneficios de su capacidad, lo que ahora  derivaría en consecuencias negativas para la recuperación de la economía mexicana tras la peor crisis mundial en los últimos 80 años.

“A partir de un IQ de 115 para arriba, ya no nos vamos con sobredotados sino con inteligencia superior promedio, son gente que cuando sale de sus carreras no va a competir por un puesto, va crear un puesto de trabajo  y se va a volver un emprendedor y eso es lo que vamos a necesitar. Pero además si un país como México pierde a su gente inteligente de manera continua,  la inteligencia del país va ir bajando y eso repercute en otros aspectos como la inseguridad y en más violencia”, alertó.

Pero no sólo eso, con la fuga de las mentes brillantes, México deja de capitalizar la inversión que hizo en su formación.

“Según cálculos del Departamento de Educación de Estados Unidos, el costo de crianza desde que nace un niño hasta la preparatoria es en promedio de  77 mil dólares antes de los 18 años. Si  un país como Estados Unidos invierte en atraer a estos jóvenes sobredotados se está ahorrando estos 77 mil dólares porque el niño  o el joven ya fue criado, ya se formó y México absorbió el costo.  El asunto es que no sólo hablamos de uno, sino de cientos de miles de personas durante varios años”, planteó Almazán.

Estados Unidos es uno de los países que más recibe la migración mexicana altamente calificada pues 84% de los migrantes mexicanos con licenciatura y 82% con posgrado tienen como destino dicho país,  de acuerdo con la Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión (INCyTU) del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

Entre 1990 y 2015 la fuga de cerebros creció siete veces, al pasar de 161 mil 196 mexicanos altamente calificados en el extranjero, a un millón 203 mil 573  en dicho periodo.
“Tan sólo hablando de  Estados Unidos, ellos tienen programas y escuelas de sobredotados, y  muchos apoyos económicos y sociales. Es más común que  migren los jóvenes de licenciatura o posgrado, pero también desde la primaria, secundaria o preparatoria pueden migrar”, destacó Andrew Almazán.

Según datos del Cedat, se estima que en el país hay un millón de niños y jóvenes con un coeficiente intelectual mayor a 130 puntos, es decir, sobredotación intelectual pero sólo se ha diagnosticado a 5%.

“La pandemia nos sirve como un llamado de atención para que este fenómeno no crezca más y es donde decimos bueno hay que  invertir más, dar  becas, apoyo social  y no sólo apoyo económico, sino mostrarle a  los jóvenes sobredotados que su talento sí importa, que sí son apreciados”, concluyó.

NO HUBO FUTURO AQUÍ PARA RENATA Y NATALIA

En 2017, las hermanas Altuzar, dos mentes brillantes mexicanas, migraron del país para continuar sus estudios en Estados Unidos.

Tres años después, Renata, de 16 años, y Natalia de 15, no titubean al decir que las oportunidades que les ha dado aquel país nunca se las brindó México.

 

“Quedarse en México sería perfecto si tuviéramos mejores oportunidades  y creo que el país sería muchísimo mejor si  a los niños sobredotados nos dieran la posibilidad de  tener una buena educación para quedarnos y poder ayudar  al país”, expresó Natalia, quien sueña con convertirse en ingeniera astrofísica para encontrar maneras más baratas y fáciles de llevar al espacio un cohete o cualquier parte de una nave espacial a fin de que los astronautas puedan arreglar alguna falla.

Cuando estaba en cuarto de primaria en una escuela mexicana, Natalia se salía de las clases porque la aburrían. A su mamá le dijeron que debía medicarla porque tenía déficit de atención.

Lo mismo pasó con su hermana Renata.

En la primaria me empecé a dar cuenta que todo era muy repetitivo, eran cosas que yo podía aprender en uno dos días de clase, pero lo pasabas aprendiendo hasta dos semanas”, recordó Renata, quien tras abrir  el corazón de una vaca para un trabajo, supo de inmediato que quería estudiar medicina, para convertirse en cirujana.

“Y las oportunidades en Estados Unidos para lograrlo son muchas más de las que tenía en México. Mi  experiencia en una escuela pública aquí en Estados Unidos fue mejor que en  una escuela privada en México”, agregó.

Las hermanas con un IQ superior a 130 están convencidas de que si no hubieran migrado no estarían usando sus mentes al máximo.

“Claro que si tuviéramos más oportunidades como las que nos dan en Estados Unidos y un mejor sistema  de educación, las personas como yo y mi hermana no nos iríamos por ningún motivo. El  gobierno  tiene una responsabilidad  de  cuidar a sus jóvenes  para que se queden en el país”, dijo Natalia.

“Siento que es algo que se tiene que cambiar en México, a mí no me molesta estar aquí, en Estados Unidos, pero me gustaría mucho estar en mi país”, concluyó Renata.

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