Edgar fue el mal menor

EN LA GRILLA

EL QUÍMICO, AL PRESIDIO
EDGAR FUE EL MAL MENOR
LOS COSTOS PARA ROCHA

FRANCISCO CHIQUETE
Cientos de mazatlecos protestaron por la designación de Luis Guillermo Benítez Torres como secretario de Turismo, pues en vez de eso, aspiraban a verlo en la cárcel. Irónicamente la primera tarea del secretario fue comer en El Presidio, sólo que era el exclusivo restaurante del Centro Histórico de Mazatlán.
fue una comida festiva, acompañado de su fallido delfín, su excolega Gerardo Vargas y otros cercanos, en que Benítez Torres disfrutó como en los buenos tiempos, de las delicadas viandas, las prestigiadas bebidas y la compañía de personajes que vienen de fuera a desarrollar las actividades de su sector productivo. Contra lo que esperaban los mazatlecos, nada o casi nada ha cambiado.
Con diferencia de unas cuantas horas, en Culiacán los diputados se reunieron para decidir el futuro de este municipio. Ni los que sólo han venido a la grilla ni los que han vivido aquí, tuvieron la delicadeza de revisar la propuesta que les hicieron “de arriba” y votaron por Edgar Augusto González Zataráin.
Nadie se preocupó por saber cuál es la imagen que tiene entre la población, cómo actuó durante su participación en el gobierno del Químico, ni mucho menos cuál fue su papel como presidente municipal de El Rosario, del 2011 al 2013. Simplemente siguieron la instrucción recibida y bajada a través de quien dijo que no serían tapadera de nadie.
Apadrinado por el secretario general de Gobierno, Enrique Inzunza, Edgar González se convirtió en la opción menos conflictiva para el gobierno estatal. Durante dos días se corrieron intensos rumores sobre la posibilidad de que Mazatlán fuese solucionado con una fuerte influencia de vidas privadas. Lo detectaron en Culiacán y prefirieron correr el riesgo de quedar mal “allá arriba”, antes que sumar un nuevo agravio a esta sociedad.
Por supuesto, en su primer contacto con los medios, Edgar ofreció las perlas de la virgen, desde la pluralidad y la conciliación hasta la eficiencia y la honestidad. La suerte de Mazatlán parece echada, ya con el que se fue por deshonesto, ya con el que llegó porque le cayó de golpe, con todo y que el Congreso lo apoyó arrolladoramente, con la sola excepción del voto que un iluso petista emitió por el diputado Juan Carlos Patrón.
ROCHA, EL GRAN
PERDEDOR EN ESTO
El gobernador Rubén Rocha Moya es el gran perdedor en el affaire Mazatlán. Pudo echar de la alcaldía a un hombre que le resultaba incómodo, al que definió como “un político no confiable”, que justificó su despido con la notoria ineficiencia y las crecientes sospechas generadas por su administración, en principio corroboradas por la ASE.
Rocha está personalmente convencido de la culpabilidad del Químico, de la mala imagen que éste tiene en la sociedad, incluso más allá de la silbatina recibida en el estadio Teodoro Mariscal. Sabe que no había más espacio para dejar crecer los enconos y por eso se decidió a dar el paso, previamente consensuado con las autoridades centrales del país.
Pero resulta que a la hora de ejecutar hubo una reconsideración y le pidieron, cortésmente, que no fuese despiadado, que cuidara a la persona, por si al presidente le llegaba una información distinta de lo que en realidad estaba pasando. No hubo otra que incorporarlo al gabinete, a sabiendas de que generaría un costo político muy alto, que sería muy difícil convencer a la sociedad de que no se trataba de una marcha atrás ni de una protección indebida.
Pero eso no fue todo: se piensa que la influencia del secretario de Gobernación, con cuyo equipo teóricamente se habría tratado el tema Mazatlán, generó una recomendación adicional: hay que arreglar las cosas con Héctor Melesio Cuén, quien tiene en Sinaloa la representación de la corcholata tabasqueña.
Y como Mazatlán sirve lo mismo para un barrido que para un fregado, se decidió que como gesto de buena voluntad, la secretaría del ayuntamiento fuese para Rafael Mendoza, mano derecha de Cuén en el sur de Sinaloa, propuesta inicial del PAS para ese mismo puesto y rechazado por el Químico al inicio de la administración.
Hoy Cuén prefiere guardar silencio, no alardear de las cosas, pero en sus fueros internos el círculo cercano sabe que se marcó una muesca en la pistola, esa que está tan maltrecha después de las zarandeadas frecuentes que les ha dado el gobernador del estado.
LE COMPITEN
AL CHUQUIQUE
El presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Feliciano Castro Meléndrez, político que ha forjado su carrera con mano dura, como opositor férreo, alcanzó en estos días un elevadísimo rango en el club de los chimoltrufios, que como dicen una cosa dicen otra. De advertir que no serían tapaderas de nadie para manejar el caso del Químico, pasó a alabar sin medida ni prudencia la decisión que tomó el gobernador al hacer secretario de Turismo al personaje que un día antes trataban de defenestrar.
Como Castro Meléndres, Jesús Enrique Hernández Chávez, el célebre Chuquique, pudo dar maromas retóricas de semejante grado de dificultad. El Chuquique encontró siempre la manera de respaldar y justificar las acciones de los gobernadores que lo pusieron en la jefatura política del Congreso, aunque en contrapartida también se aventó boletos como el rechazo a la ampliación de los onerosos contratos para concesionar los hospitales generales de Culiacán y Mazatlán, una dura batalla dada por el doctor Víctor Díaz Simental. Feliciano no lleva ni una de esas.
Contra lo que la sociedad pueda pensar, los diputados (Castro y Ricardo Madrid) juran que el proceso contra el Químico va a seguir. Vamos a ver qué les manda decir el otro Augusto, el que considera que estamos Agusto.
UNA POSICIÓN DIGNA
En todo este merequetengue sólo hemos visto una actitud digna: la del diputado Sergio Arredondo Salas, quien advirtió: la llegada de un personaje como el exalcalde de Mazatlán a cualquier puesto dentro de la administración pública llevará el desprestigio y el agravio, pues en este momento no puede verse de otra manera, cuando representa estos aspectos ante un proceso que se ha iniciado por la denuncia en su contra, ante la Fiscalía General del Estado.
Seguramente todos o casi todos los diputados piensan así, pero nadie se atreve a contradecir la línea, por más que la propia integridad se ponga en juego. Arredondo es alguien congruente y digno.
RECEPCIÓN
Mala recepción tuvo el nuevo gobierno. Dos personas de fuera quedaron asesinadas en una de las palapas de la playa norte. Se trata de personajes de Sonora, a quienes se ha señalado como partícipes de la violenta guerra que se da en ese estado. Es preocupante el caso no sólo por la pérdida de vidas humanas, también por el crecimiento en las condiciones de inseguridad, pues ya son varios casos similares que se registran aquí. No sabemos si la guerra de grupos se está trasladando a Mazatlán o los de fuera vienen aquí a hacer sus ejecuciones.
Como es de esperarse, el nuevo alcalde no tiene una respuesta ni un proyecto que no sea pedir apoyo al estado y a la federación, lo que en teoría ya pasaba con la administración anterior, sin que se den resultados específicos y concretos. ¿Más abrazos y no balazos?

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