Ciudad de México.- El día de ayer jueves se realizó el funeral de Alexander Martínez, el joven de 16 años presuntamente asesinado de un disparo a la cabeza por la policía municipal de Acatlán de Pérez Figueroa, al grito de ¡Queremos Justicia! Y rodeados de una multitud vestida de blanco y con globos azules.
El camino que recorrió el cuerpo de Alexander desde la que fue su casa hasta el cementerio de Acatlán se tapizó de impotencia y de dolor. Amigos, familiares, desconocidos y hasta políticos acompañaron a Virginia Gómez, la madre del joven que con rabia desbordada denunció hace unos días que a su hijo futbolista lo mataron los policías de la patrulla 023.
En su cuenta de Facebook el equipo escribió “Hoy toda la familia Filial Rayados Tierra Blanca está de luto!! hace unos minutos nos enteramos que a nuestros alumno le arrebataron la vida y sus sueños de ser jugador profesional, sentimos un dolor, y en lo personal de impotencia por la manera y repugnamos los hechos. Nuestro Rayado solo tenía 16 años y jugaba ya profesional en el equipo de 3ra División en orizaba para ser exactos en la universidad de la UGM, y hoy le arrebatan la vida nuestras mismas autoridades que nos deben de dar paz y seguridad”.
Fue por eso que antes de que el cortejo llegara desde la casa materna al cementerio de Acatlán, Alexander debía visitar una última vez la cancha, la misma donde jugaba con sus amigos.
El martes 9 de junio se dirigía a comprar sodas con otros tres amigos en dicha localidad. La primera versión oficial de las autoridades es que confundieron a los menores de edad con delincuentes. La periodista Elena Reina de El País escribió “No preguntaron. Hay rincones en México donde primero se dispara y luego se investiga. Las reglas que la violencia impone en este juego macabro. La Fiscalía estatal ha concluido lo que todos ya sabían desde aquella noche. Los agentes ‘dispararon a matar’, no se había tratado de un accidente, como declararon en un principio. Hay ya un policía imputado por este homicidio calificado. ¿Pero qué tiene que suceder para que ningún oficial en este país pueda disparar a bocajarro a un grupo de jóvenes que van a comprar una Coca-Cola?”.
Al grito de “¡Sí se puede!” y “¡Chander!”, como llamaban de cariño al joven, que también tenía la nacionalidad estadounidense, los compañeros del futbolista compartieron con él la emoción de un último partido, de un último gol y de un último festejo.
Con el féretro en el centro de la cancha, los jóvenes hicieron una última jugada, el balón llegó en un pase, se anguló con el cajón de madera y anotó el gol ante una multitud con el dolor en carne viva. Luego, los jóvenes se fundieron en un festejo-despedida para honrar a su compañero ausente.
¡Vamos, Chander!” y “Arriba mi campeón”, eran los gritos nacidos del ánimo que la multitud dejó como constancia de la vida de Alexander, cuyo nombre se repetía una y otra vez desde las gradas, en las porras que acompañaban a sus dolientes y que del júbilo se transformaron en reclamos. La rabia había vuelto como única forma de exigir justicia.
Cuando el cortejo llegó a donde sería depositado el cuerpo del joven, el dolor se expandió en el lugar convertido en las notas de “El amigo que se fue”. Luego, siguieron los reclamos contra las autoridades, la exigencia de que no se manche el nombre de Alexander y el clamor para que los responsables de su muerte paguen con cárcel. Todo lo demás fue llanto y rabia.
Virginia Gómez, la mamá, gritaba en la entrada de la clínica la noche del martes:
Mi hijo tenía un sueño, esos hijos de su pu–** se lo han truncado. Me lo mataron, ya lo vi. Pero quiero que todos se levanten, que no se dejen. Luchen, porque esto se lo pueden hacer a cualquiera de ustedes”.
“Yo quiero a mi hijo y aquí está, muerto, con un tiro en la cabeza. Y todavía le pusieron una pinche pistola”, narra la mamá de Alexander, un joven futbolista de 16 años que al salir de una tienda fue asesinado por policías municipales, en #Oaxaca. Esta es la historia:
Alexis, hermano del futbolista, publicó un escrito en Facebook en honor del fallecido y haciendo alusión a la situación actual de México en materia de inseguridad y violencia “Si un día no vuelvo, sal a la calle y grita mi nombre. Grita por mí y por todos. Grita por el dolor de los que ya no están. Grita por los que quedan”.
En el panorama internacional se hizo presente el homicidio del afroamericano George Floyd de 46 años, quien el 25 de mayo se encontraba desarmado bajo custodia policiaca, cuando un agente se arrodilló sobre su cuello durante casi nueve minutos, lo cual quedó capturado en un vídeo. Por lo que se han realizado movilizaciones a nivel internacional contra el racismo y la violencia por parte de las fuerzas del orden.
Anoche policías del municipio de Acatlán de Pérez Figueroa Oaxaca. Asesinaron en Vicente camalote a un niño inocente de 16 años, un niño sano sin vicios, según lo confundieron. #justiciaparaalexander #justiciaparachander@NTelevisa_com @AristeguiOnline @AztecaNoticias