Ciudad de México.- Cientos de niños migrantes que cruzaron de forma irregular la frontera entre Estados Unidos y México fueron víctimas de “maltrato atroz” mientras estuvieron en custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
El reporte asentó que los niños con los que la organización habló dijeron haber sufrido detenciones excesivas, abuso verbal y físico –incluidos golpes de los agentes–, privación de atención médica, carencia de alimentos y de agua, internamiento en espacios con bajas temperaturas y falta de mantas para cubrirse, separación familiar y otras violaciones a derechos humanos.
Frente a esto, el pasado 6 de abril AI Justice presentó una denuncia administrativa ante el Departamento de Seguridad Nacional, en la que detalla el incumplimiento de la CBP de sus propios estándares en transporte, escolta, detención y búsqueda de niños no acompañados.
Para el análisis se entrevistó a 12 mil 731 niños migrantes y el testimonio de siete de cada diez –apuntó la organización– demostró que la administración de Joe Biden, al igual que anteriores, “se ha quedado corta” en la protección a los derechos de este sector, pues existe “un abuso sistémico bajo custodia de la CBP, independientemente de quién esté a cargo a nivel federal”.
Los resultados de la investigación, dados a conocer hace unos días, revelaron que 50 por ciento de los menores entrevistados fue internado en espacios con bajas temperaturas, muchos enfermaron de fiebre o resfriado; a 32 por ciento se le detuvo por más de 72 horas –lo que va contra la ley estadunidense en la materia–, y 13 de cada 100 reportaron falta de alimentos o agua.
Además, seis por ciento fue víctima de abuso verbal y/o acoso por parte de los funcionarios de la CBP; cinco por ciento fue detenido en estancias junto con adultos; uno por ciento recibió abusos físicos o fuerza excesiva, y 17 por ciento sufrió otro tipo de maltratos.
Algunos de los casos documentados por AI Justice son: una niña con fiebre alta solicitó atención médica y nunca la recibió. Mientras dormía en un colchón sobre el piso “un oficial la llamó por su nombre, pero estaba demasiado débil para responder o ponerse de pie, por lo que el agente se le acercó y la pateó en las costillas”.
A una adolescente de 15 años le esposaron el pie a una silla a pesar de cooperar y responder las preguntas de los oficiales; un chico, también de 15 años, informó que si los llamaban por su nombre y no respondían porque estaban durmiendo, los agentes los despertaban a patadas; otra niña informó que dormía en el mismo colchón con otras tres debido al hacinamiento y terminó con piojos.
Un menor de diez años estuvo detenido más de cinco días, pasó hambre y no pudo ducharse en ese periodo; otra adolescente fue retenida en la estación migratoria por siete días, donde pasó fríos y hambre y fue incomunicada; a un niño de 12 años se le prometió reunirlo con su madre, que vive en Estados Unidos, pero lejos de eso fue detenido por cuatro días, lo llevaron a un hotel por tres días más y después “fue devuelto ilegalmente” a Guatemala sin su conocimiento o consentimiento.
La investigación también mostró que 85 por ciento de los niños migrantes en custodia de la CBP entre 2019 a 2020 reportaron maltratos similares.
Con información de La Jornada