Ciudad de México.- Las autoridades de Salud dieron a conocer, la tarde del miércoles 2 de septiembre, que México registra 65 mil 816 muertes por Covid-19.
os casos confirmados alcanzaron los 610 mil 957, mientras que los sospechosos se situaron en 81 mil 775 y los negativos en 683 mil 438.
Hasta el momento se ha realizado un total de 1 millón 376 mil 170 personas estudiadas, de las cuales el 44% arrojó resultados positivos.
Casos estimados
Los casos estimados de COVID-19 se situarían en 643 mil 906, de los cuales 40 mil 599 estarían activas. Las defunciones estimadas se situarían en 67 mil 574.
Ocupación hospitalaria
La ocupación de camas de hospitalización general es del 35% a nivel nacional, al estar disponibles 20 mil 547 de las 31 mil 516 camas registradas.
Carissa Etienne, directora de la OPS, oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijo en rueda de prensa que casi 570 mil trabajadores de la salud se han enfermado y más de 2.500 han sucumbido al virus en esta región.
“Tenemos el mayor número de trabajadores de la salud infectados en el mundo”, señaló.
Etienne dijo que esta fuerza laboral es el grupo que “más agudamente” ha sufrido el costo de la pandemia en la región, donde a pesar de “tendencias esperanzadoras”, la COVID-19 sigue cobrándose casi 4 mil muertes diarias.
En Estados Unidos y México, dos de los países más afectados por el virus a nivel global, los trabajadores de la salud contagiados equivalen a uno de cada siete casos de COVID-19. Y ambos países suman casi el 85% de todas las muertes por covid-19 entre profesionales sanitarios en la región.
Las mujeres, mayoría entre la fuerza laboral sanitaria de las Américas, son también las más afectadas: representan casi las tres cuartas partes de los trabajadores de salud diagnosticados con COVID-19.
Los jóvenes también han sido los más impactados: los grupos de edad con mayor proporción de casos confirmados fueron el de 30 a 39 años y el de 40 a 49 años, según una alerta epidemiológica de la OPS citada por Etienne.
¿A qué se deben las altas tasas de infección entre los enfermeros, médicos y otros profesionales sanitarios?
Etienne mencionó varias razones: falta de capacitación sobre cómo protegerse, lentitud para implementar protocolos de clasificación de pacientes en hospitales abarrotados, y escasez de equipos de protección personal (EPP).
“Los trabajadores de la salud se vieron obligados a reutilizar mascarillas y batas, buscar alternativas o renunciar por completo a la protección para cuidar a los necesitados”, dijo.
Y citó sondeos que indicaron que en México casi la mitad del personal sanitario no recibió EPP en el trabajo, y en Chile, casi el 70% de los trabajadores de la salud temían contagiarse.
Al estrés laboral se sumó en muchos casos la discriminación entre vecinos y familiares, la negación de acceso al transporte público, los desalojos por miedo a contagios y, a veces, las agresiones.
“Este virus permanecerá con nosotros durante los próximos años, por lo que es fundamental que brindemos a los trabajadores de la salud el apoyo y los recursos que necesitan”, enfatizó Etienne, llamando a los países a cuidar e invertir en el sector.
El continente americano es el más golpeado por la pandemia. Este miércoles, América Latina y el Caribe sumaban más de 280.000 fallecidos (7.4 millones de contagios) y Estados Unidos y Canadá, casi 194.000 (6.2 millones).
Etienne notó que tras “meses de propagación implacable, los casos se están estabilizando en Estados Unidos y Brasil”, los países más afectados en la región.
Pero advirtió que ambos continúan reportando la mayoría de los casos nuevos de COVID-19 a nivel mundial, “una clara señal de que la transmisión aún está activa”.
En el resto del continente, destacó un alza de los casos en la mayor parte del Caribe, en particular en Bahamas.
Etienne notó cambios a la baja en Sudamérica, donde elogió a Chile y Uruguay por haber logrado aplanar sus curvas de contagio “gracias al control efectivo de infecciones y tácticas de respuesta”.
En Centroamérica, la mayoría de los países también han registrado un descenso, dijo, con excepción de Nicaragua y Costa Rica. Este último país recibió el 80% de los 81.000 nicaragüenses dejaron su país tras la ola represiva del gobierno desatada tras las protestas de 2018.
En el caso de Nicaragua, el director de Enfermedades Transmisibles de la OPS, Marcos Espinal, llamó a atender un “problema severo” de malaria en el municipio de Puerto Cabezas, que ya era el principal foco de esta enfermedad en Centroamérica y donde la situación se ha visto agravada por la pandemia.
“Es importante que Nicaragua tome nota de que podemos eliminar (la) malaria en Centroamérica y en Puerto Cabezas”, dijo.
Con información de la AFP y de la Secretaría de Salud