Narcos convierten cocaína en líquido para facilitar el tráfico

CIUDAD DE MÉXICO. El crimen organizado transnacional evolucionó en sus envíos de cocaína de países de Sudamérica a EU y Europa, utilizando varios estados de México como puntos de partida para la nueva droga denominada clorhidrato de cocaína (chc) en suspensión.

De acuerdo con una investigación realizada por el Centro Internacional de Investigación y Análisis contra Narcotráfico Marítimo (Cmcon) de Colombia, en colaboración con la Semar, la producción de chc en suspensión líquida se basa en disolver la droga en agua, solventes u otros productos que contengan compuestos químicos como manitol, glucosa, celulosa o lactosa.

Con este proceso, el estupefaciente se introduce en botellas de champú, extractos de frutas, aceites, melaza de caña de azúcar, abono orgánico, productos con un fuerte olor para pasar desapercibidos en las revisiones de los binomios caninos, lo que facilitan su trasiego.

La relevancia del chc en estado de disolución o suspensión líquida es que, en primer lugar, es un tratamiento agregado al proceso de elaboración de chc en polvo que minimiza su identificación en los controles portuarios, en segundo lugar, es que estos eventos radican principalmente en la modalidad de ‘contenedores’, donde se puede camuflar fácilmente con diversos productos que son importantes para el comercio mundial”.

El intercambio de información a nivel internacional señala que los primeros embarques asegurados de cocaína líquida fueron en Santa Cruz, Bolivia, en 2011, con el decomiso de 13 kilos, los cuales iban ocultos en un camión con destino a Brasil.

La forma de transportar esta droga en territorio boliviano se hacía ocultando pequeños volúmenes dentro diferentes tipos de vehículos; además de utilizar bolsas de látex que eran ingeridas con un máximo de un kilogramo por persona que pasaba desapercibida en carreteras y aeropuertos.

De enero a febrero de 2022 hubo dos incautaciones de cocaína líquida. El primero fue el 31 de enero en la localidad de Turbo, Colombia, donde se aseguraron 900 kilos que estaban en un cargamento de cocos.

El segundo fue el 4 de febrero pasado en la región de Urabá antioqueño, una región del noroccidente de Colombia, donde la Policía Nacional de ese país aseguró dos cargamentos de cocaína en solución que habría sido mezclada en abono orgánico y melaza de caña de azúcar que tenían como destino los puertos de Valencia, España, y Veracruz, México.

El estudio realizado por el Cmcon de Colombia califica como “alarmante” el auge de la cocaína líquida, que se puede traficar en distintas presentaciones, que pasan desapercibidas por los controles de las autoridades.

La complejidad de la detección del chc líquido hace que las instituciones del Estado tengan que mejorar algunas estrategias judiciales, aplicando otro tipo de normativas, a fin de crear un balance funcional que ataque directamente este método de ocultamiento que ha aumentado su actividad en los últimos años”.

El análisis realizado por la Armada de Colombia, tomando información de la Fundación InSight Crime y del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (Emcdda por sus siglas en inglés), la cocaína líquida es casi imperceptible para los escáneres en puertos o aeropuertos.

Es muy difícil estimar cuánta cocaína se trafica en el mundo a través de este método, siendo una forma conveniente para las organizaciones del crimen organizado transnacional para transportar el chc en suspensión líquida. La idea se masificó con envíos más voluminosos, camuflándolas con productos de demanda comercial dentro de ‘contenedores’ a nivel mundial”.

La ruta de la cocaína líquida tiene dos vertientes y tres organizaciones criminales que se encargan de su distribución a nivel mundial. La primera organización y la iniciadora de este nuevo trasiego del estupefaciente es el Clan de Golfo de Colombia.

Esta organización criminal conecta desde Colombia los envíos de cocaína líquida a distintos puertos europeos, principalmente los italianos, donde la mafia ‘Ndrangheta tiene control a través de redes locales de tráfico de estupefacientes.

En el segundo trayecto se han identificado a dos organizaciones criminales internacionales de México: el Cártel del Pacífico y Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), los cuales han aprovechado la producción de hoja de coca elaborada en Bolivia y Perú, que, a su vez, la procesan para posteriormente enviarla vía marítima hasta puertos en diferentes países de Sudamérica y Centroamérica a través de contenedores usando coordinadores e intermediarios venezolanos.

Las técnicas que han utilizado para la conversión del estupefaciente de estado sólido a líquido y viceversa, que ha mejorado con el paso de los años el Clan del Golfo, surge de la necesidad de camuflar la droga, haciendo un proceso químico complejo con el establecimiento de fórmulas específicas que sólo el remitente conoce. Esto genera un envío más seguro de este estupefaciente, logrando recuperar de 85 a 90% del chc convertido.

La investigación realizada por el Cmcon de Colombia, en colaboración con la Semar, advierte de manera directa como una amenaza real esta nueva forma de trasiego de la droga, además de que se está dando de manera frecuente y, sobre todo, mejorada la técnica por la organización criminal colombiana.

La cocaína líquida es una amenaza real, una forma no detectable y engañosa para transportar el chc, actualmente, con demanda creciente y muy alarmante por el hecho de involucrar a organizaciones criminales como el Clan del Golfo y la mafia italiana ‘Ndrangheta.

Organizaciones criminales transnacionales como el CJNG y el Cártel del Pacífico se disputan el trasiego de cocaína de Sudamérica a EU a través de las siete rutas que han trazado desde Colombia, Ecuador y Perú a México, dentro de territorio nacional explotan el paso natural que se tiene en el Golfo de California o Mar de Cortés y Golfo de Santa Clara, en Sonora.

Golfo de California o Mar de Cortés se convierten en un cuello de botella en el sector pesquero de las Salinas, localizado en costas cercanas del área natural protegida del Golfo de Santa Clara Sonora.

En meses pasados se dio a conocer que la Semar, a través del intercambio de información, descubrió que las cargas de droga sintética han sido ubicadas en su partida desde diversos puntos del denominado Triángulo Dorado, que abarca tres estados y 10 municipios: Sinaloa (Cosalá, Culiacán y Badiraguato), Chihuahua (Guadalupe y Calvo, Morelos, Batopilas y Guazapares) y Durango (Tamazula, Canelas y Topia), a través de embarcaciones menores que recorren el Golfo de California (Mar de Cortés), con la intención de evadir los controles de las autoridades, para recalar en la frontera que comparten México y Estados Unidos en los estados de Sonora con Arizona y Baja California con California.

Los análisis y los intercambios de información entre las armadas de México y Colombia señalan que estas rutas de trasiego de metanfetaminas hacia EU son el alto precio que se puede pagar por un gramo que tiene un precio en las calles estadunidenses que oscila entre 30 y 60 dólares (612 pesos a 1,224), mientras en México tiene un precio de 306 pesos.

De acuerdo con los informes de inteligencia de la Semar, la ruta del norte de Sinaloa en el Mar de Cortés, a partir de 2019, es la más empleada para traficar estupefacientes desde las zonas de producción de drogas principalmente, la metanfetamina.

Esto se debe a la lucha que tiene el CJNG contra la fracción de Los Chapitos en la zona de San Felipe para establecer y controlar toda la costa para apoderarse de esas rutas.

Con información de Excelsior…

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