Texas ejecutará a mexicana con inyección letal, el método más cruel: “Les quema por dentro mientras mueren”

La pena de muerte, pena capital o ejecución es el exponente máximo de pena, pues consiste en provocar la muerte a una persona condenada por parte del Estado, como penitencia por cometer un delito establecido en la legislación.

Tal es el caso de Melissa Lucio, la primera mexicana que recibirá este castigo en Texas, por presuntamente haber provocado el fallecimiento de su hija de dos años, Mariah en el 2007.

El pasado viernes, la defensa de Lucio presentó el último recurso legal para pedir al Tribunal de Apelaciones Penales del estado la revocación de la sentencia de muerte y la suspensión de su ejecución programada para este 27 de abril.

Con la presentación de esta apelación, se da la oportunidad para que se reabra el juicio y los tribunales tengan la oportunidad de considerar nuevas pruebas científicas y periciales del caso. Sin embargo, de no ser así, se le aplicaría la inyección letal.

¿En qué consiste la inyección letal?

La inyección letal es el último método de ejecución incorporado al catálogo de formas de aplicar la pena de muerte. Se aprobó por primera vez en los Estados Unidos, en Oklahoma y Texas, en 1977, como una alternativa más “humana” a otro tipo de ejecuciones, como la electrocución o el ahorcamiento.

Los protocolos de ejecución por inyección letal suelen contemplar la administración consecutiva de 3 fármacos con potencialidad letal.

Primero se administra el tiopental sódico (3-5 gr.), con el objeto de inducir la anestesia y, por ende, la pérdida de conciencia; sigue el bromuro de pancuronio (40-100 mg), que ocasiona una parálisis de la musculatura del aparato respiratorio; finalmente el cloruro potásico (100-160 mEq), que da lugar a una parada cardiaca.

La bomba de infusión a través de la cual se administran estos 3 fármacos tiene que ser activada por un funcionario o por un ciudadano privado, nunca por un médico, debido a que la Asociación Médica Americana establece que, en ningún caso, personal de salud debe participar en las ejecuciones, por una perspectiva ética.

¿La inyección letal provoca dolor?

Mientras el sentenciado está amarrado a una camilla, se le coloca un catéter en cada uno de sus brazos para inyectar las drogas directamente al torrente sanguíneo. De acuerdo con instituciones oficiales, la persona sometida a este procedimiento no sufre de ningún dolor, pero una investigación realizada por la Universidad de Miami que analizó la historia, la ciencia y la metodología detrás de las inyecciones letales, concluyó que algunos presos sienten dolor mientras son ejecutados.

De acuerdo con un estudio realizado por Niagara University, el 19.54% de las ejecuciones recientes tuvieron complicaciones sobre todo porque los presos sentían que la inyección les quemaba por dentro mientras morían, mismos que tardaban en morir 19 minutos en promedio.

Joel Zivot, un médico que analizó cientos de ejecuciones, descubrió qué pasa por dentro del cuerpo de la persona, asegurando que la mayoría sufrió un edema pulmonar.

Con información de El Heraldo…

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