DOMINGRILLA
¿VOTAR O NO VOTAR?
EL APARATO EN CAMPAÑA
EXTINGUE ROCHA LA
AÑLIANZA CON CUEN
FRANCISCO CHIQUETE
¿Por qué hoy el precioso derecho del voto genera hoy tanta polémica?
Parecería el sueño de cualquier demócrata el poder decidir mediante su voto, si el gobernante en turno permanece en su sitio o se va porque la población le perdió la confianza, y sobre todo sería un sueño para los que difieren y hasta odian al presidente Andrés Manuel López Obrador, pero lo que hoy está en juego no es esa salida anticipada o esa permanencia cantada.
Para el presidente y su equipo, es el arranque de la estrategia formal de la sucesión en el año 2024; y por lo que han mostrado hasta ahora, no sólo van por todo, sino que fundamentalmente van con todo, incluyendo las viejas mañas del viejo PRI, salpicadas con las nuevas mañas del que en su tiempo intentó reputarse como el nuevo PRI.
Por eso hay tanta gente que se pregunta si vale la pena acudir hoy a votar, y también muchos más que han decidido no hacerlo.
Esa es la situación que ha empujado al gobierno de la República a hacer uno de los operativos más evidentes y hasta descarados, en que no hubo un solo límite legal que no fuese ventajosamente rebasado y pretendidamente justificado desde el poder.
Por ello pudo usted observar en directo o a través de los medios de comunicación, a los más altos funcionarios del país (y por supuesto, los más modestos también) y de los muchos estados que gobierna Morena, ocupados en hacer campaña para que la gente acuda a votar hoy domingo y para que lo hagan a favor de la permanencia de Andrés Manuel López Obrador.
La Ley que los propios morenistas avalaron en el Congreso, encuadra esta consulta en las leyes electorales del país, donde se prohíbe que los funcionarios públicos hagan campaña y propaganda durante el periodo previo a la consulta y por supuesto, durante la consulta, pero eso no ha sido obstáculo, como no lo han sido los constantes llamados del INE y las condenas del Tribunal Electoral de la Federación.
Por supuesto tampoco se han detenido en el uso de cuantiosos recursos para hacer la promoción política y aunque nadie ha presentado pruebas, existe la certeza general de que se trata de recursos públicos distraídos. Lo que sí se sabe por ejemplo, es que en la Ciudad de México los innumerables y costosos anuncios espectaculares fueron financiados formalmente por proveedores del gobierno capitalino.
Como en los viejos tiempos del PRI, los mítines encabezados por gobernadores, secretarios de estado y dirigentes de Morena (los partidos no tienen derecho a participar, de acuerdo con la ley que ellos mismos impulsaron), fueron enmarcados por un intenso acarreo que obviamente costó millones de pesos que no fueron sufragados por los muy conscientes ciudadanos que por voluntad propia acudieron a cada uno de los actos.
Se trata de conseguir una gran afluencia a las urnas, porque el gobierno está enfrentado a sí mismo: primero, a los más de treinta millones de votos que Andrés Manuel obtuvo cuando fue electo presidente. Sería impensable que alcanzara una votación menor, al mismo tiempo que alcanza altísimos niveles de aprobación personal; se enfrenta también al registro de 17 millones de votos que alcanzó Morena en las elecciones del año pasado; y ya como última aspiración, se trataría de alcanzar doce millones de votos. No lograrlos sería un fracaso total, cuando Morena “reunió” doce millones de firmas en apoyo a la solicitud presidencial de que se llevara a cabo la Consulta de Revocación de Mandato.
Por eso el presidente puso a todos sus cuadros a moverse y conseguir los votos, tarea desempeñada con furor y descaro tales, que en un momento dado advirtieron que ellos instalarían sus propias mesas de votación, aunque otra vez, sea algo ilegal que amerita cárcel. No sea mal pensado, no es para despacharse con la cuchara grande, sino para ayudar al proceso.
Dicen los rancheros que “por la víspera se conoce el día”.
Si así están actuando hoy, cuando se da una elección en que llevan todas las de ganar, porque de ninguna manera pueden perder la consulta ¿qué no harán bajo la desesperación de ganar la sucesión presidencial en 2024?
Olvídese de la manipulación a los beneficiarios de los programas sociales. Eso sería ya juego de niños.
ROCHA Y CUEN, ROMANCE CON
MÚSICA DE JULIO JARAMILLO
La situación entre el gobernador Rubén Rocha Moya y su secretario de Salud, antiguo aliado electoral, ha llegado prácticamente al punto de la ruptura, en una relación tóxica en que la parte violentada se aferra más entre más golpes recibe.
El gobernador, más enojado que nunca porque Cuen consiguió liana directa con la dirigencia nacional de Morena (y por varias cosas más) dio por muerta a la alianza que sostuvieron durante la campaña electoral y dijo con todas sus letras que no hubo un convenio sobre un gobierno conjunto, a pesar de que en varias ocasiones y frente al propio Rocha, Cuén dijo triunfal que iban a cogobernar el estado. Hoy por el contrario, se le restriega la condición de subalterno.
Héctor Melesio Cuén Ojeda había alcanzado una presencia política indiscutible. Se le combatía subrayando su control absoluto de la Universidad Autónoma de Sinaloa y él se acrecentaba la fama al calificar a su organización -el PAS- como el partido local más exitoso del país, pero últimamente le han comido dos alcaldías, tres diputaciones locales y buena parte del prestigio, a tal punto que ya se hacen a sus costillas chistes como el que le moteja como “el biquini”, porque nadie sabe cómo se sostiene donde está con tan breves amarras.
Tras los claridosos señalamientos del gobernador en su contra, Cuen reaccionó como influido por una canción de Julio Jaramillo: ódiame por piedad, yo te lo pido/ ódiame sin motivo ni clemencia/ odio quiero más que indiferencia/ porque el rencor duele menos que el olvido.
El pasado jueves, Cuén puso en funcionamiento su mejor arma de campaña, caravanas automovilísticas por las principales ciudades del estado, invitando a la población a participar en la consulta y a votar por la permanencia de López Obrador en la presidencia. Algo así como la esposa o novia despreciada que desfila frente a su ex (o casi ex) luciendo el palmito, para que vea lo que se pierde.
LAS HUIZACHADAS EN
LA SUPREMA CORTE
La Suprema Corte de Justicia de la Nación es, se supone, el punto en que se maneja el más alto nivel del debate jurídico. Los asuntos que ahí llegan deben tratarse con absoluta pulcritud y certeza, entre los escasos márgenes que puede dejar el texto constitucional, sobre cuya influencia y vigor, los once ministros son especialistas.
El jueves pasado terminó un largo proceso para determinar si la Ley Eléctrica aprobada por el Congreso el año pasado, es Constitucional o no lo es. La ministra Loretta Ortiz propuso declarar la constitucionalidad y aunque una mayoría de siete ministros votó en contra, no se alcanzó la cifra de ocho para declararla inconstitucional. Así, con una minoría de cuatro votos, se cumplió la aspiración presidencial, sacada contra viento y marea.
En realidad no hubo declaratoria específica de constitucionalidad, de modo que aunque la ley sigue en vigor, todavía puede ser combatida mediante juicios de amparo, pero el oficialismo se lanzó a la chicanada de decirle a la gente que fue declarada constitucional.
¿Y sabe usted de quién fue el voto decisivo? Nada más y nada menos que el del presidente de la Corte, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, aquel a quien el presidente pretendió extenderle el periodo como titular del Poder Judicial, aunque la propia constitución lo prohíbe. El presidente siempre ha tenido razón: amor con amor se paga.
LA CIMA EN RIMA
Mantiene el gobernador
el corazón dividido
no es de suyo un odiador
más la fe les ha perdido.
Es este mundo traidor
que lo tiene confundido
¿repele más al hablador?
¿al subalterno fementido?
Ferreiro, de guerra el tambor.
Y es que nunca lo ha querido
Cuén reclama resplandor
¿Cómo es que no se ha ido?
