Ciudad de México.- Cuando en México, historiadores, sociólogos, médicos, estudiantes, busquen una explicación de cómo cambió la vida, la historia del país a partir de la pandemia del covid-19, tendrán que sumergirse en lo qué pasó entre el 27 de febrero y hoy, 30 de mayo de 2020, cuando oficialmente termina la Jornada Nacional de Sana Distancia.
Con el término de la disposición del Ejecutivo federal, distintas actividades, principalmente de orden económico, se reactivarán, en el momento, que salvo un estado, Zacatecas, el resto del país está en riego máximo de contagio. En este contexto, el presidente Andrés Manuel López Obrador retoma sus giras de trabajo por territorio nacional y arrancará en Cancún.
Ese lapso de 94 días se plantea como el estrecho túnel de aprendizaje entre una forma de vida —que según los expertos no volverá—, y otra, que ahora se llama mundialmente nueva normalidad:
Gente con el rostro cubierto con una gama de lienzos que van desde los más convencionales hasta los más audaces, pasando por caretas de acetato; y con las manos enguantadas untando una y otra vez gel antibacterial o alcohol para poder trabajar, convivir y no terminar aislados como ermitaños.
En estos 94 días, la mayoría de las personas pasó de la incredulidad al estupor, del miedo a la precaución. La suma de contagios y muertes que se han registrado a partir del 27 de febrero —el último reporte de ayer es de 84 mil 627 contagios y 9 mil 425 muertes— y los hechos en China, España, Italia, principalmente, fueron el acicate de la creciente conciencia creada entre la población.
El 27 de febrero el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell anunció el primer caso de contagio en México. Se trata de Ángel Octavio, un hombre de 35 años que estuvo en un congreso en el norte de Italia. Ahí comenzó todo.
La campaña lanzada desde el 23 de marzo #Quedateencasa, resultó especialmente efectiva. Aunque fue la plataforma de promoción turística Visit México la que desde el 15 de marzo lanzó la campaña Piensa en México, quédate en casa, nos vemos pronto.
Quedarse en casa, independientemente de quién haya sido la idea, incentivó un avance en el camino hacia donde iba una parte importante de la sociedad: el uso de internet para el comercio. Las charlas entre amigos y familiares por la plataforma Zoom. El home office.
Los sucesos ocurridos en estos 95 días son diversos. Sus impactos tienen distintas esferas de afectación: nacional, regional, municipal, comunitario, familiar e individual. Sus efectos podrán empezar a ser medidos y vistos en semanas, meses.
Hoy termina la Jornada Nacional de Sana Distancia que arrancó a través de un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, cinco días después de haberse registrado el primer fallecimiento por coronavirus, y 16 de que el hombre de 41 años de edad que murió ingresara al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).
El 30 de marzo, el Consejo de Salubridad General publicó el acuerdo en el que se declaró la emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor, y dio todo el poder a la Secretaría de Salud para definir los pasos a seguir.
Para entonces, sin embargo, los preparativos para habilitar hospitales, comprar insumos: ventiladores, medicamentos, equipo de protección para el personal médico empezó a generarse. Uno tras otro se ha ido publicitando la llegada de vuelos desde China y también de Estados Unidos con parte de ese equipo.
El preámbulo de esta nueva normalidad empezó, en el caso de México, desde el 30 de enero de 2020, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia.
El desarrollo del coronavirus en el mundo fue expansivo y letal. México estaba de puente vacacional por el natalicio de Benito Juárez, el 21 de marzo, cuando la sociedad jaló por un lado y los gobiernos, federal y estatales, por otros. La Secretaría de Educación Pública anticipó la entrada del periodo vacacional, pero el gobierno de Jalisco y otros ya no regresaron después del puente, que fue el 16 de marzo.
Así, empezó a bosquejarse lo que será la nueva normalidad, aunque muy probablemente palpable y operativa desde el próximo lunes, cuando la vida en México empiece a ser otra.
Y será otra, aunque no muy distinta a la que se ha vivido en México en estos últimos 95 días: contra el covid-19 no hay aún vacuna, tampoco tratamiento.
Los casos de contagio, en todo caso, se mantendrán y, eventualmente, los fallecimientos también. La proporción es prácticamente imposible de saber; instancias internacionales y locales difieren en los números.
Es por eso mismo que este lapso entre el 27 de febrero y el 30 de mayo será un elemento de comparación con los siguientes 95 días. Se podrá valorar la Jornada Nacional de Sana Distancia del gobierno federal y la masiva campaña de #Quedateencasa.
Sea cual fuere el resultado estadístico, la vida, la historia de México cambió en estos últimos 95 días.