BERLÍN.- Angela Merkel reconoció este miércoles haber cometido “un error” al querer endurecer las normas sanitarias contra el covid-19 en Alemania para el fin de semana largo de Semana Santa y confirmó el abandono del plan que había provocado numerosas críticas.
Un error debe llamarse error y, sobre todo, debe corregirse y, si es posible, a tiempo. Sé que esta propuesta ha causado una incertidumbre adicional, lo lamento profundamente y por ello pido el perdón de todos los ciudadanos”, declaró la canciller en un discurso tras una reunión de urgencia con los líderes de los estados regionales alemanes.
Esta idea de un endurecimiento de las medidas por cinco días durante Semana Santa fue pensada “con las mejores intenciones”, según Merkel, para “desacelerar y revertir la tercera ola la de la pandemia”, pero “no se puede hacer en un lapso corto de tiempo”.
El plan contemplaba declarar el jueves de la próxima semana “un día de descanso” en que todos los negocios permanecerían cerrados, y permitir que los supermercados solamente abran el sábado. Debido a que el viernes y el lunes ya son feriados, ello crearía una pausa de cinco días en la actividad social y económica, encima de las restricciones ya existentes que han sido prorrogadas hasta el 18 de abril.
La canciller y los 16 estados regionales habían decidido este dispositivo, que incluía el cierre de tiendas y oficios religiosos organizados por videoconferencia, el lunes al término de más de doce horas de discusiones.
Pero las críticas contra la decisión de endurecer las medidas de restricción llegaron incluso desde las filas del gobierno.
El ministro del Interior conservador de Baviera, Horst Seehofer, dijo que estaba “asombrado de que, de todos los partidos cuyo nombre tienen una C [de cristiano] sugieran que las iglesias se abstengan de celebrar servicios, especialmente en Semana Santa”.