Es factible la mitigación del impacto de la planta de fertilizantes al 100 por ciento: Dr. Páez Osuna

Los Mochis, Sin.- La planta de fertilizantes puede instalarse en Topolobampo, siempre y cuando se comprometan a realizar un programa de ganancia neta en biodiversidad, repoblamiento de manglares y se cumplan con los trabajos de mitigación adecuados para evitar daños al ecosistema del complejo lagunar Ohuira-Topolobampo-Santa María, afirmó Federico Páez Osuna.

El investigador y profesor de la UNAM, especialista en el monitoreo de la contaminación costera y los procesos de acumulación de metales pesados en organismos acuáticos, dijo que es factible la mitigación del impacto de la planta de fertilizantes al 100 por ciento, si se cumplen los compromisos y el plan de remediación de la bahía de Ohuira.

Durante la videoconferencia vía Zoom, denominada Impacto ambiental de la planta de amoniaco, el investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, destacó que una de las opciones para recuperar la zona de manglar es realizar un programa especial para reforestar una superficie similar a la zona donde se instalará la planta de 126 hectáreas.

Páez Osuna mencionó que otro aspecto que deberá atenderse es la instalación de Sistemas de Exclusión de Fauna Acuática (SEFA) considera en la Norma Oficial Mexicana, en el canal de succión de agua que será necesaria para el enfriamiento de la planta, con lo que se busca evitar afectaciones a la fauna acuática y reducir al máximo impactos negativos a las pesquerías de esta zona.

Otro de los temas abordados por el investigador Federico Páez Osuna durante su conferencia virtual, es cómo lograr un impacto menor a la descarga de aguas, al reducir al máximo posible los tres grados centígrados a las que llegaría el agua de retorno a la zona de descarga.

Propuso la creación de torres o estanques de enfriamiento en el canal de descarga, con el propósito de bajar todavía más esos tres grados centígrados de diferencia con relación a la temperatura del mar.

Eso es factible, dijo, y el impacto en la flora y fauna acuática será mínimo, si se considera que las descargas de agua residual de la termoeléctrica que llegan al mar con una temperatura de 6 grados por encima del promedio de las aguas marinas en la zona.

Y, por último, refirió que otro de los temas que han sido usados para tratar de impedir que el proyecto de la planta se lleve a cabo es el de la hiper salinidad del agua de descarga lo cual, en su opinión se puede resolver mediante un estudio de modelaje hidrodinámico, que permita detectar los puntos de descarga más adecuados.

Con relación a las pesquerías, consideró que el impacto es mínimo, aproximadamente de un 7.3 por ciento de las capturas actuales, particularmente de camarón. Para evitar ese impacto en las pesquerías, se instalaría un sistema de exclusión de larvas acuáticas, con lo cual la afectación se reduciría a su mínima expresión.

Consideró que una central termoeléctrica o una granja acuícola, tienen un mayor impacto en la vida acuática que la operación de la planta de amoniaco que construye Gas y Petroquímica de Occidente.

El también miembro de The New York Academy of Sciences y de la American Association for the Advancement of Science destacó que lo que más preocupa a los científicos hoy en día, no es tanto el impacto directo de las plantas de amoniaco al instalarse o al estar operando, sino más bien el nitrógeno que se desperdicia cuando producimos y consumimos los alimentos.

A ello se suma, dijo, el nitrógeno que arrojamos a la atmósfera cuando nos transportamos al quemar combustibles fósiles, gasolina, diésel, etcétera, partículas de nitrógeno también van a parar a la atmósfera.

Aseguró que las plantas de amoniaco son fundamentales para producir más del 50 por ciento de los alimentos que consumimos a nivel global. Al respecto, refirió que, si se atienden las estrictas normas de operación que deben cumplir y si se realizan acciones de mitigación como las planteadas, este tipo de proyectos tienen factibilidad.

El Dr. Federico Páez destacó que el amoniaco es el producto químico que más se produce a nivel mundial, dada la infinidad de aplicaciones que tiene para la vida diaria, de la cual el ser humano no puede prescindir. En la actualidad se producen 220 millones de toneladas de amoniaco al año.

Después del acero, el cemento y el plástico, el amoniaco es el producto químico que más se produce actualmente. El 80 por ciento de este amoniaco va dirigido a la producción de fertilizantes, el 20 por ciento restante se destina para la producción de medicinas, vitaminas, cosméticos, fibras sintéticas, plásticos, productos de limpieza, entre otros.

Destacó que el mayor desafío mundial es la producción de alimentos. Para el 2050, con unos 9 mil 750 millones de personas en el mundo, la producción de alimentos no alcanzará.

El reto es mayor a la hora de producir más alimentos, con menos suelos, menos agua, pero además con menor impacto ambiental, lo cual hace necesaria la producción de amoniaco, responsable del incremento en los rendimientos por hectárea y, por tanto, del aumento en la producción de alimentos.

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